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otro día normal, Reich desde temprano haciendo ejercicios debido a su padre, ya no se queja, se acostumbro al cansancio físico, tampoco mental, solo aburrimiento

-padre ¿y si mejor dejo de entrenar? después de todo no me sirve de nada, no planeo lastimar a nadie-

dijo el joven Reich colgando cabeza abajo de un árbol, I. A se molestó y le golpeó

-eso hubieras pensado antes de desaparecer la luz de mi vida-

-puedes abandonarme y tener otro hijo, uno menos patético-

-no te salvarás del ejercicio, ya desperdicié demasiado tiempo contigo y si tengo otro hijo puede ser la misma mierda y no gastaré más tiempo en basuras-

-¿Puedo descansar?-

-no y por molestar tendrás que hacer cien flexiones más-

-¿no es malo hacer tantas flexiones?-

-no seas marica, apenas hiciste unas cincuenta-

-doscientos-

-¿disculpa?-

-padre, ya son doscientos las que hice-

-bueno, si hiciste doscientos, cien no será nada, así que empieza antes de que te quite la hora del almuerzo-

-padre, he visto el alba y el sol está a su punto máximo ¿no puedo descansar?-

-creo que tienes razón, los hombres tienen que descansar para recuperar fuerzas-

I.A sacó una pistola y la preparó para disparar

-esto es una M1879 Reichsrevolver, mi favorita, utilízala para matar al primer lobo que veas ¿es tu animal preferiría verdad? si haces eso puedes ir a casa a comer algo-

-me gusta el animal vivo no muerto y convertido en guiso, no puedo-

-ya veo, te dejare el arma por si cambias de opinión, mientras tanto seguirás con tu entrenamiento hasta que veas el ocaso

Reich gruñó un poco y continuó con su ejercicio, recibió algunos insultos de su padre pero los ignoró.

El día ya casi termina y Reich aún no puede regresar a su casa, su padre ya se había ido hace horas, pero I. A sabe cuando le miente

-que fastidio-

se dijo a sí mismo el joven acostándose en el suelo, escucha el gruñido de su estómago y consuela su barriga hambrienta

-¿ahora que te pasa inútil?-

mira hacia un costado a URSS fumando un cigarrillo mientras ee de una pequeña botella

-entrenando-

-¿para qué?-

-para que no me maten-

-a este paso morirás por desnutrición-

se acercó y le levantó la camisa a Reich dejando al descubierto un cuerpo completamente delgado, parecía que en cualquier momento los huesos atravesaran la piel

-ese no es tu problema-

se volvió a acomodar la ropa y se levantó para agarrar el arma

-¿Te diriges a mi casa?-

-si, ahora en unos momentos pasare por ahi para buscar a mi padre, de seguro ya esta ebrio-

-¿podrías alcanzar esto a mi padre? y dile que no lastimare a ningún animal, yo no puedo ir hasta que caiga el sol-

resurrección de dos sanguinariosNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ