Tanjoubi omedetou

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Al~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Abrí mis ojos a eso de las diez de la mañana solo para encontrarme con una habitación vacía, mi nii-san no estaba en ninguna parte pero unos minutos más tarde entró una enfermera a curar mis heridas y a darme algo de beber, le pregunté si lo había visto pero tampoco sabía nada de él.

Me preguntaba que podría estar haciendo tan temprano…pero me dije a mí mismo que dejara de pensar en ello (más bien en él). Ya volvería, aunque lo único que quería hacer era estar con él.

Dos horas se hicieron eternas mientras me mantenía recostado en aquella cama con la incómoda ropa de hospital, pero de pronto entro mi nii-san con una mirada triste y algo distraída pero cambio inmediatamente a una tierna sonrisa apenas me vio despierto.

-Nii-san, ¿dónde estabas?

-No te preocupes…tuve que ir a hacer algo pero ya terminé, te acompañaré día y noche de ahora en adelante-se sentó a mi lado mientras yo miraba hacia otro lado, no pude evitar sonrojarme…nuevamente.

-Arigatou, pero no tienes que quedarte siempre conmigo…aún te ves muy cansado, sé que no has dormido bien hace mucho tiempo, deberías ir a casa a descansar.

Lo que menos quería era que se fuera, pero no podía ser tan egoísta.

-Yo estoy bien, pero quiero estar seguro de que tú también lo estás, tengo planes para ambos y no quiero que se arruinen.

-¿Planes?

-Así es, pero debes mejorarte pronto si quieres ver de que se trata.

-¿Qué es lo que traes entre manos ahora?

-Ya lo verás.

Mi nii-san no se separó, tal como dijo, de mí en todo el día, conversamos y jugamos principalmente a las cartas (aunque él siempre ganó, con trampas obviamente pero hice como si no me diera cuenta)

Generalmente en el hospital están prohibidas las visitas de más de algunos minutos, estaba seguro de que mi nii-san había sobornado a más de una enfermera durante todo ese tiempo para poder estar a mi lado durante todo el día, solo se ausentaba unos minutos en las mañanas para ir a nuestra casa, ducharse y cambiar su ropa, pero incluso

Desayunaba conmigo (el no saber cocinar también es un buen motivo para comprar algo por ahí o en la misma cafetería del hospital).

Volvió a oscurecer nuevamente, estaba algo cansado pero por algún motivo no pude dormir bien esa noche, había algo que me inquietaba pero supuse que era por lo que tenía pensado hacer mi  nii-san cuando me recuperara, no pude evitarlo, me pasé casi toda la noche pensando en que estaría planeando ahora su demente cabeza mientras veía como dormía profundamente en aquel sillón frente a mí, pero de un momento a otro me encontré en un lugar completamente distinto…

El dolor se había ido…no sentía absolutamente nada…estaba de pie en un lugar que no reconocí ya que estaba todo casi completamente oscuro, lo único que me apartaba de la absoluta oscuridad era una pequeña luz situada sobre mí, de pronto todo se apagó y varias luces comenzaron a encenderse una detrás de otra iluminando un largo pasillo con un inquietante color rojo, las paredes que me rodeaban delimitaban el estrecho camino, el cual a veces se perdía por las parpadeantes luces, sin querer hacerlo comencé a caminar por allí siguiendo las luces que continuaban encendiéndose en el mismo orden, el camino se hacía infinito…sentía como si hubiera caminado durante horas pero al mismo tiempo habían sido solo unos minutos…por fin la última luz se encendió mostrándome solo una pared frente a mí, pero luego noté que en cada una de las paredes laterales había una puerta…izquierda o derecha…sentía que debía tomar una decisión…debía entrar por una pero al parecer elegí la equivocada…abrí lentamente la puerta derecha…negro…no se veía absolutamente nada allí adentro, pero de pronto una luz…esa horrible luz iluminó todo…una estancia completamente destruida y bañada en sangre…pero lo peor era lo escrito en aquella pared…algo que iba dedicado hacia mí pero que por algún motivo no pude leer…

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