The Ones Who's Fallen [En Curso]

Capítulo 42

El guardia me trae el walkie talkie y lo miro con recelo. Vuelven a su sitio mientras yo estudio el aparato.

Parece bastante sofisticado, como el que teníamos en el Arca. Revisaré el interior cuando no esté montando a caballo. El walkie talkie vuelve a crepitar, haciendo que Lexa y yo nos pongamos tensos por un momento. Mi flecha aún está clavada en él, así que me sorprende que incluso funcione tanto.

"Señor."Una voz sale de él, haciendo que Lexa se lleve la mano a la espada. "Tenemos un problema".

"¡Funciona!" Le digo a Lexa emocionado. "¡Podemos escuchar lo que dicen!"

Lexa parece sorprendida e impresionada.

"¿Y ahora qué?" Pregunta una voz molesta y crepitante.

"La Comandante y sus guardias tienen ahora un walkie talkie nuestro". Este tipo parece nervioso. El molesto debe de ser el jefe o algo así.

"¿Qué? ¿Cómo has podido dejar que pasara eso?".

"Eh, la nueva, la que cayó del cielo... Me la quitó de las manos".

El jefe suelta un par de maldiciones mientras un par de personas intervienen diciendo cosas como "así se hace" o "mira lo que has hecho, idiota". Sólo un poco porque nos está espiando.

"¿Todavía funciona?" Pregunta el jefe.

"No lo creo, todavía tiene una flecha clavada. Además, los salvajes son demasiado primitivos para saber cómo arreglarlo". Dice el tipo, riéndose entre dientes. De acuerdo. Ahora le odio.

A Lexa le brillan los ojos de rabia, pero no dice nada. "¿Eso es lo que piensan de ti?". le pregunto.

"Sha (sí)". Lexa responde, soltando un suspiro.

"Eh, ahora se acercan a mi posición". Dice otra voz. "Y tenías razón, la chica del cielo tiene tu walkie talkie. Buen trabajo. Y joder, esas chicas". El tipo silba en voz baja (ojalá lo hiciera en voz alta para poder encontrar dónde está) al walkie talkie. Empieza a murmurar las cosas que nos haría, poniéndonos a Lexa y a mí muy incómodas.

"Céntrate". Dice otra persona. "¿Cuáles son tus observaciones además de lo buenas que están?"

"La nueva es rubia".

"Eso ya lo sabemos". El jefe dice, sonando aún más molesto. "Sabía que no debería haberte dejado hacer esta misión".

"Vale, vale". Refunfuña el machista. "Van una al lado de la otra. La comandante ya confía mucho en ella. Y no dejan de mirarse cuando creen que el otro no mira. ¿Creéis que tienen algo?". Se queja. "Eso es tan..."

"Si dices que eso es tan caliente una vez más te dispararé en la pierna". Una voz femenina dice. Estoy totalmente de acuerdo.

Las voces siguen hablando, principalmente discutiendo y yo intercambio una mirada divertida con Lexa. "¿Este es nuestro mayor enemigo?"

Lexa se ríe. "Sí. Aunque es la primera vez que escucho una conversación suya".

"¡Deja de moverte tanto, vas a delatar tu posición!". Alguien dice, haciéndome sobresaltar. Espero que sea el machista. Regala tu posición, bromista.

"No estoy acostumbrado a quedarme quieto, y menos con tías buenas tan cerca".

¡Es él! Esto me está alegrando el día. Miro a Lexa y me toco la oreja con dos dedos. Aunque nunca hemos hablado de comunicarnos en silencio, ella entiende lo que quiero decir. Las dos nos quedamos quietas, escuchando. Vuelvo a sacar el arco y apunto una flecha.

"Cuidado chicos, ha sacado el arco". Alguien avisa por el walkie talkie. "Dejad de moveros".

"No me digas lo que tengo que hacer". Refunfuña el machista.

Hay un movimiento en un árbol cerca de nosotros, en el mismo lado en el que estaba el otro tipo. Apunto hacia allí, manteniéndolo apuntado lejos de donde escuché el ruido para despistarlos.

"¿Cómo le ha dado a tu walkie talkie? No sabe apuntar una mierda". El tipo se ríe.

Puedo oírlo, no sólo desde el walkie talkie. Es débil, pero... Apunto y dejo volar mi flecha.

"¡Eso es lo que pasa cuando haces eso!" El tipo al que disparé dice frenéticamente. "Casi te disparan en la cabeza".

Lexa ordena a algunos guardias que se lleven a la gente que está en la dirección en la que disparé. Como la mayoría de sus guardias, son enormes y cargan a las dos personas sobre sus hombros. Al principio, no podía decir que eran personas por los trajes de goma.

"Tenemos otro problema." Alguien dice por el walkie talkie. "Tienen a Franklin y Johnson".

El jefe maldice. "Son unos inútiles. De acuerdo. Aborten la misión, vuelvan a la base. Dejad que los salvajes hagan lo que quieran".

Unas diez voces murmuran, confirmando que se retiran. Pero ninguno parece contento de dejar atrás a sus camaradas.

Nuestra fila de gente se ralentiza lo suficiente para que los guardias puedan atarlos bien y mantenerlos firmes en sus caballos mientras caminan a su lado.

Continuamos durante media hora, ignorando el sonido de los otros Maunon corriendo de vuelta a su cuartel general.

"Está oscureciendo, deberíamos parar". sugiero.

Lexa asiente y grita la orden. Los guardias se ponen en marcha de inmediato, llevando a los caballos a un lugar donde puedan pastar y montando tiendas y hogueras.

Lexa y yo nos encargamos de vigilar a nuestros prisioneros para que los guardias puedan ir a ayudar. Anya, Indra y Luna se unen a nosotros. Nos sentamos en silencio.

"Esto no cambia nada para mí". Me dice Lexa. "Me gustaría seguir hablando contigo después de cenar, si te apetece".

Me limito a asentir, sin confiar en mi voz. Le delataría lo nerviosa que estoy, aunque probablemente ella pueda darse cuenta por mi expresión. Por un lado, estoy impaciente por tener esa charla. Por fin nos diremos lo que sentimos. Pero, por otro lado, estoy aterrorizada. ¿Y si ella no siente lo mismo? Los besos que nos dimos parecen de hace tanto tiempo, o de un sueño, cuando en realidad ocurrieron esta misma mañana. Fueron tan apasionados, tan cariñosos, que mientras sucedían no tenía ninguna duda. Pero ahora, tengo la cabeza llena de ellas.

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Tu tranquila yo nerviosa Clarke, Lexa ya cayó completamente por ti, no te preocupes.

Que ganas de ver qué maten al bromista, asco los hombres así.

Ahora, hablando de mi desaparición por prácticamente dos meses solo diré que sucedieron algunas cosas que me mantenían la cabeza ocupada, algunos exámenes pero bueno, ya estoy aquí.
I'm back again.

E