We will be in sync

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La amistad entre nuestras madres se hizo tan cercana que pasamos mucho tiempo juntos, mi hermano y él pasaban muchísimo tiempo jugando videojuegos y yo solía verlos jugar, tenían mil cosas en común, gustos similares, hablaban de lo mismo. Solíamos estar de vacaciones de verano con mi familia en México y una semana nos quedábamos en NY para salir de viaje con Julian y su mamá.

Éramos como familia nosotros tres, veíamos películas, platicábamos de nuestras escuelas, pero sobre todo era jugar video juegos, recuerdo que yo era buena para resolver los acertijos de Zelda por ejemplo, cuando ellos se bloqueaban y no sabían qué hacer, aunque yo no jugara me divertía verlos jugar.

Pasados los años Jeanette se casó con Sam su maestro de pintura, un hombre que a mi percepción le tenía mucho cariño y respeto a ella y a su hijo, tenía una vibra muy pacífica, recuerdo visitar su galería quede fascinada por sus pinturas y el lugar.

A Julian parecía agradarle Sam, todo el tiempo lo tomaba en cuenta y le daba ánimos, a él también lo veíamos seguido en nuestros viajes.

Julian y mi hermano eran y siguen siendo igual de ocurrentes, nos reíamos mucho, burlándonos según nosotros de los adultos, recuerdo que Raúl tenía una grabadora que podía sobreescribir cassettes, entonces grabábamos una canción de la radio y después volvíamos a grabar partes con nuestra voz cambiando solo ciertas palabras casi siempre malas palabras, cuando escuchábamos la canción completa nos moríamos de risa, era todo un arte, hacer que rimara y presionar "rec" en el momento que se necesitara decir la palabra y que no se perdiera el ritmo de la canción, en ocasiones se grababan nuestras risas y al escucharlas nos reíamos aun más, que no daría por saber donde están esas cintas.

En general nos divertíamos muy sanamente, a pesar que en esas edades se notaba mucho la diferencia de edad, nos llevábamos bien, Julian no tenía nadie más con quien divertirse en las reuniones de nuestras mamás así que no le quedaba otra que estar con nosotros.

A pesar de que era un niño muy dulce y cariñoso era irreverente y contestón.

Recuerdo estar en la inauguración de un centro comercial, pidieron llevar a todos los niños cerca del enorme árbol navideño para darles obsequios.

El hombre que estaba dirigiendo el evento preguntó:

-¿Quieren que prendamos el arból?

La multitud gritaba que si. El hombre pasó el microfono a Julian para preguntarle si queria que encendieran el árbol, a lo que Julian contesto:

-Yo me quiero ir a mi casa.

Se escucharon algunas risas. El hombre sorprendido por su respuesta cambio rapidamente de tema y encendieron el arbol. Mi hermano y yo soltamos la carcajada, miré a mi madre que estaba muerta de risa, pero la suya solo movia la cabeza en señal de desaprobación. Ese tipo de comentarios imprudentes siempre fueron parte de la esencia de mi amigo.

Él y mi hermano eran muy traviesos, yo a veces era la agua fiestas del equipo, muchas veces los regañaban por que les avisaba a nuestras mamás pero solo era cuando de verdad sentía que podían salir lastimados,  como una vez en el bosque que quisieron tirar un panal de abejas con el spray de cabello de mi mamá y un cerillo, mi hermano era la cabeza de las ocurrencias y Julian le hacía segunda trepado en el árbol con mi hermano dándole instrucciones. Veían mucha tele para pensar que eso funcionaría sin salir picados por veinte abejas mínimo.

Era muy cariñoso y respetuoso pero de repente  hacía cosas que estaban entre la delgada línea del no respeto, no sabía lo que significaba el espacio personal, se sentaba muy cerca de nosotros, le gustaba tocar mi cabello y a mi no me gusta que me toquen la cabeza, le gustaba llegar detrás de mí y asustarme, aún así, nunca pude enojarme realmente con él.

Call it fate ...Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz