02 El Domingo

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Ese día salimos e hicimos lo mismo que el día anterior, yo sabía que Henry tenía sobrinos, pero pensé que serían mayores que yo y la intriga fue mucha pues toda la mañana imagine como serían, me mentalice con lo peor pues es más fácil prepararnos para lo peor que para la mejor, pues no nos  podremos desilusionar.

En la tarde llegaron ellos, eran dos, como antes Isak me habia dicho los nombres de ellos, supe que la niña se llamaba June, a quien vi primero.

—Hola un gusto soy Rexi y tu debes ser June—dije presentandome.

Ella era una niña muy hermosa quien tenia unos ojos verdes preciosos, cabello rubio y piel pálida, simplemente era el estereotipo de belleza.

—Hola— respondió ella.

Esta tenía un pantalón corto que le llegaba sobre los talones y tenia unas sandalias rosas las cuales convinaban con su blusa.

Por lo que veía era muy tímida, así que me apresuró a iniciar una conversación.

—Me gusta mucho tu blusa de flamingos— inicio.

—Gracias—me contesta con una sonrisa —mira esa mariposa de allá — señala a una mariposa color azul que vuela cerca de nosotras.

—Vamos a perseguirla— propongo.

Ella sonríe en respuesta, y corremos siguiendo a la mariposa.

Creo que con eso agarro confianza no se, eramos niñas no desconfiabamos de niños de nuestra edad así que me pareció que tenía mi edad o era más chica.

—¿Cuantos años tienes? — pregunté ya algo agitada por correr.

—5 años voy a cumplir 6 el próximo mes —respondió más emocionada— Oye vez a la mariposa.

—No ya no la veo— digo triste pues por mi interrupción la perdimos.

Ella lo nota y me trata de reconfortar.

—No te preocupes, vamos a jugar allá— señala un árbol que tiene pequeñas flores abajo.

Nos sentamos y sigo con la plática sobre los años.

—Y que día es tu cumpleaños —preguntó.

—Es el 13 de mayo, y el tuyo — me pregunto

—El 27 de setiembre —contesté— Oye me acompañas por mis juguetes.

—Claro— responde.

Fuimos por mis muñecas que eran dos barbies, con las cuales jugamos a el campamento.

Paso mucho tiempo mientras  jugabamos, reímos, platicabamos, hasta que me canse y mi garganta se comenzó a secar.

—Oye tengo sed—me dijo, yo pense que nunca lo diría, pues a mi me daba pena interrumpir el juego y ella parecía no agotarse.

—Bueno, que te parece sí vamos por agua — Yo asentí, nos encaminamos a las mesas, ya casi estaba atardeciendo, por lo cuál nos dimos un poco de prisa.

Pero antes de llegar había un niño,
Rubio y de espaldas quien supuse que era Dylan tenia una playera azul y un short negro.

Volteó a vernos.

Pero que ojos tiene.

Si su hermana era prototipo de belleza el seguramente era prototipo de Dios griego.

Saludo a su hermana y yo la veo para confirmar que son hermanos.

Y yo como estúpida, solo lo veía y no podía apartar la mirada, es como cuando veía el chocolate amargo en la dulceria, no podía apartar la vista aunque quisiera, pronto notó mi presencia y sus ojos conectan con los míos.

Un amor imposible Where stories live. Discover now