6. Traición

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¡FELIZ INICIO DE SEMANA!

Lamento no haber podido actualizar a tiempo. Ya empezaron las clases, pero de todas maneras me pasaré por aquí.

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Besos ;)

Intro: Magic – Vancouver Sleep Clinic

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Capítulo (6)

TRAICIÓN



Necesito que pase esto cuanto antes.

Lo arruiné sabiendo que la quería tanto. Jamás me importó eso de tener sentimientos; sin embargo, me apena que todo haya terminado así. No debí haberme liado.

Salgo con las maletas hechas. Fred me acompaña hasta la puerta mientras insisto a que se quede, aunque no creo que vaya a durar por mucho tiempo. Betania está tan enojada que no ha bajado a verme ni para despedirse de mí. La entiendo. Quizá no me he referido de la mejor manera. Le agradezco que se haya portado tan bien conmigo, pero ya es hora de marcharme. De volver al mismo lugar que hace tres meses.

El chófer de la familia viene por mí y carga mis maletas en la cajuela.

Todo el malestar que siento sabe peor que antes. No obstante, llegó mi momento y si debo tomar riesgos, lo haré. Somos intemperantes y pecadores, pero cuando se ama de verdad, nada te detiene. Eso lo sé yo por lógica, aunque no todo haya ido bien.

En mi moto, con el que voy a todas partes, acelero el paso con una energía impresionante y el aire danza en mi piel. Tras llegar, hago que la moto ruja tan fuerte en el lobby y me siento como la primera vez en que llegué. Me abro paso y me aparco donde solía estar.

Recorro la enorme mansión y esta vez sus matachines permiten que ingrese por orden suya. Ya no cuenta el caos ni las revelaciones familiares. Al verlo sé lo que va a decirme entre tantos lujos que hay, y esta vez me siento un poco más relajado que hace un rato.

—Viniste.

—Aquí mi promesa hecha.

Comparto la imagen del hijo perfecto y pudiente.

—Lo sé y te lo agradezco. Pero, ya sabes que esto será solo por unos pocos meses.

Como olvidar algo así, si es lo único que deambula en mi cabeza porque sé a lo que vine. Ahora que siento el peso de la responsabilidad. He vuelto a lo de antes.

—Lo tengo claro.

—Toma asiento —pronuncia Ernest con un ademán.

—Estoy bien así.

—Bien, como quieras.

Me abstengo sin necesidad de hacerlo. Solo me asgo a su extraño toque familiar y los pequeños destellos de luz que nos envuelven. Sirve dos copas de vino blanco como si habría alguna razón para celebrar y me da una mirada seria antes de volverse hacia mí.

—¿Hablaste con ella? —Después de tanto revuelo, pregunto a pesar de nuestras diferencias y opiniones al respecto.

—De hecho, lo hice, pero no quiere verme ni escucharme.

—Que te digo —Hago un sonido con los dedos antes de llevarme la copa a los labios y no creo que pueda volver a mirarla a los ojos—. Las cosas se complicaron.

Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅Where stories live. Discover now