24. El sabor del recuerdo

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HI GUYS!

Creo que fue lo mejor que he escrito, aunque me demoré días.

¡No te saltes ningún capítulo que cada vez está más bueno!

Procedo a llorar.

Intro: Always - Gavin James

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Besos ;)

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Capítulo (24)

EL SABOR DEL RECUERDO



Blake lleva consigo la experiencia más retorcida. Lo provisional. Vale con que solo lo repita una vez. Me hace pensar en todas las cosas que puedo llegar hacer. La tengo amordazada y no la pienso soltar. Con lo cohibida que está y lo frágil que se ve.

—Tan empapada, tan excitante —le paso los labios por las esquinas de su hendidura—. Todos tus fluidos y gemidos son por mí ¿no?

—Rhys, no lo hagas...

Se le intercala la respiración y cae rendida a mí.

—Soy todo lo que deseas —hablo contra su húmedo coño.

—¡Maldito arrogante!

—¡Mira lo que te hago, mi blanquita!

Dejo que sus piernas caigan rendidas sobre mis hombros, por lo que tengo más acceso a su pequeño y rosado agujero. Le chupo y le doy lengüetazos desde su raja hasta su clítoris. La siento tan pegajosa en mis labios. Ya echaba de menos su sabor. Joder, es la primera mujer a la que adoro y la que revuelve mi lado retorcido. En la mayor parte de lo posible, rizo su zona sensible y toco ese botón de completa lujuria.

—No sigas más con... eso —Su cuerpo se arquea justo después de que la tensión sexual se acumulara en su manojo de nervios.

—Déjalo escapar pero no te corras todavía.

Me permito corroerla y poseerla de tal manera que me transformo en un completo monstruo. La situación nos da esa leve satisfacción. Todo es posible cuando se trata del sexo que de algún u otro modo nos hace vasallos del mal con un trajín erótico.

Su aliento y todo ese desastre permanecen en mí. Es lo mejor que he probado. Mi cena, mi merienda, un aperitivo que nubla la prudencia de mis pensamientos. He caído al igual que ella y no me he podido contener. Los empellones de mi lengua en su orificio hacen que pequeñas lágrimas se acumulen en sus ojos. Es tentador no haberlo hecho antes. Es de esos platos bandera que de solo probarlos se te abre el apetito. Es la carne más sensible y lo más comestible.

Es tan cálida.

Lo excitado que estoy no me permite pensar con nitidez. Normalmente soy yo quien se detiene con las mujeres, pero con Blake todo es distinto. Ya antes lo había dicho. Antes de que tuviera algún sentimiento hacia ella. Pecar está en nuestro léxico. La verdad que nos sofoca de adentro hacia fuera.

—¿Por qu-ué lo haces?

—Chist...

La silencio dejando besos en toda su piel. La sensibilizo. La adoro con la boca y con los dedos. Hago que se crea un enorme pozo en ella. Esas muestras de cariño se vuelven en una completa adicción.

Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅Where stories live. Discover now