Mi Mejor Problema (AD #3) [COMPLETA]

Epílogo: Amor

Logan, 26 años

14 meses después

Toda mi vida pensé que sabía lo que quería hacer.

Cada vez que alguien me preguntaba sobre los planes que tenía en el futuro, la respuesta estaba ahí, esperando a salir de mis labios. Siempre me enorgullecía porque yo tenía todo planeado, porque mi familia ya había elegido el camino para mí y nunca tendría que preocuparme por descubrirme a mí mismo, por descubrir quién era o qué quería hacer con mi vida.

No fue hasta hace dos veranos atrás que me pregunté qué era lo que quería hacer, cuál era mi sueño. Me costó mucho encontrar algo que realmente quisiera sin sentir la obligación de hacerlo solo por mantener vivo a un nombre, un legado.

Hace ya dos años dejé la empresa de mi familia por buscar mi sueño, y a pesar de que mantengo varias acciones a mi nombre dentro del negocio familiar, estoy muy feliz con lo que estoy haciendo ahora. Hago negocios a cada lugar que voy, inversiones que se multiplican como espuma al ver los resultados. No importa el negocio en el cual invierta, así sea música, moda, hospitales, entretenimiento, yo daré mi dinero porque sé que obtendré mucho más en el futuro. No obstante, eso no es lo que llena mi pecho de felicidad. Hago negocios porque a pesar de que lo disfruto, estoy obligado a hacerlo, porque unos cuantos millones de dólares no le caen mal a nadie.

Sin embargo, lo que me hace feliz es llegar todas las noches y hacer un nuevo dibujo para Leah. Amo ilustrar las historias que le cuento a mi hija todas las noches antes de dormir. Amo ver su pequeño rostro mirarme con atención y asombro mientras le cuento alguna historia inventada o le muestro algún dibujo que hice para ella.

No pensé que a alguien más le gustarían mis dibujos y las historias que escribo para Leah, hasta que Jane nos visitó una tarde y leyó la historia para su hija Coco. Me estuvo acosando durante meses con que debería publicar eso, hasta que convenció a ove de hablar conmigo sobre eso, y esa bastarda astuta sabe que no puedo negarme a mi mujer, así que contacté a una editorial y me recibieron con brazos abiertos.

He publicado el primer ejemplar de mi primer cuento ilustrado hace un par de meses. Lo hice bajo el seudónimo de Alfred Garden, mi segundo nombre y el apellido de la mujer que amo; lamentablemente el mundo de los negocios es feroz y no puedo dejar que los demás descubran que me gusta escribir y dibujar cuentos infantiles, pero soy feliz haciéndolo de esa manera. Así la gente no llega a subestimarme y yo podré seguir haciendo algo que amo de verdad, conservando mi privacidad.

Dove tampoco lo ha hecho mal. Su gira terminó hace un par de meses y ahora nos hemos asentado en Los Ángeles de forma definitiva, mientras ella descansa un tiempo antes de ponerse en marcha para su próximo álbum.

No diré que estos años de gira no han sido difíciles, porque lo han sido. No somos perfectos, y muchas veces me sentí abrumado por toda la atención que mi chica recibe, pero jamás volvimos a pelear de la manera en que llegamos a hacerlo alguna vez. La comunicación ha sido difícil, pero ambos aprendimos a ceder con el paso del tiempo; ella escuchó todas mis preocupaciones y yo escuché todos sus puntos de vista. Llegamos a más acuerdos que con todas las empresas en las que invertí y estoy muy orgulloso de eso. Ambos nos amamos mucho como para volver a mandar todo a la mierda por una discusión tonta que pudimos resolver hablando.

Nuestra relación no es perfecta, ninguna lo es, pero aprendimos a resolver nuestras diferencias sin arrancarnos la cabeza. Ella estuvo para mí en cada inversión grande y en la publicación de mi libro, yo estuve presente en tantos conciertos como pude y muchas veces no podía creer que esa mujer tan hermosa sea mi futura esposa y la madre de mi hija. Verla en el escenario fue una experiencia fascinante. Era como otra persona completamente diferente a la Dove que había conocido, tan lejana, como un ángel. Su talento y su carisma rindieron frutos, y a pesar de que no tiene tantos años de carrera, llegó a tener una de las giras más exitosas en la historia.