INTRODUCCIÓN

2.5K 310 138
                                    


El Inmortal Xiao Zhan murió.

Arrojándose desde El Puente del Olvido, como última muestra del amor que llegó a sentir por el Emperador Wang Yibo.

Y Wang Yibo...

Él lamenta no haber aparecido a tiempo para impedirlo.

Desde entonces, la ley que prohibía albergar sentimientos románticos entre seres celestiales quedó abolida.

¡Qué ironía!

Paralelamente, a partir de aquel terrible suceso, Wang Yibo se encuentra en reclusión, permitiendo la visita de una sola persona...

—Emperador —hizo una reverencia.

—Mírate, ¿cuánto tiempo llevarás encerrado en esta choza?—el hombre de imponente presencia observó su entorno con desdén.

—El que considere necesario —apenas respondió.

—Tus heridas casi han logrado cicatrizar por completo, ¿seguir aquí te servirá de algo?—el Emperador jadeó ante la testaruda actitud de quién se supone que debería estar a cargo del trono celestial. Pero en el fondo sabía por qué razón Wang Yibo había elegido ese precario lugar para esconderse del mundo.

—Mn.

—Tengo la premonición de que no todo está perdido... —agregó luego de un incómodo silencio y cruce de miradas.

—Tonterías —escupió el de larga cabellera castaña, prestando inconscientemente mayor atención.

—He descendido al Reino Humano... —soltó y al instante parecía haberse arrepentido.

—Im-Imposible —titubeó.

Lo contradijo, pero si era lo que había estando pensando, joder, esa idea también se había apropiado de su mente en algunas noches de insomnio.

Por lo tanto, sentía que debía arriesgarse. Claro que lo haría si existiese la mínima posibilidad. Wang Yibo ya no tenía nada que perder.

Lo había perdido todo.

—Podrías comprobarlo con tus propios ojos, pero debes...

—Lo haré —interrumpió.

Conocía que sólo existía una manera y, mierda, era extremadamente peligrosa. Lo sabía, más no le importaba.

—Por otra parte, a pesar de su sacrificio, soportaste el castigo de los nueve rayos; tu investidura celestial se vio afectada, tu cuerpo y tus poderes... —marcó .

—¡He dicho que lo haré!

—No recordarás nada. Eso lo incluye a él —el Emperador siguió enumerando la negativa e interminable lista de posibilidades.

—No me importa. Sé que me ayudará, Emperador —pareció exigirle y recordar el importante cargo de la persona frente a sus ojos.

—¿Yo?

—Sí, usted.

—Puede que haya una manera... acabo de recordar algo extraño que sucede en el mundo mortal... —señaló.

—Lo que sea, mientras exista la mínima esperanza de volver a estar con Xiao Zhan...

Próximamente...

PRISIONERO [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora