XXIII

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***

Horas antes

***

La calle estaba desierta y en silencio en la tarde, con una hilera de viejas y descuidadas casas a ambos lados, las aceras cubiertas de hojas secas y polvo acumulado.

— ¿Has conseguido lo que te pedí? — Preguntó Gojo al chico sin siquiera saludarlo.

El joven hechicero se dio vuelta para enfrentarse a Satoru Gojo, intimidado por la presencia del poderoso hechicero. A pesar de haberse graduado recientemente de la escuela de Kioto, y haber estado recibiendo mensajes de texto suyos sin pausa, aún no había tenido la oportunidad de verlo en persona.

Todos los rumores sobre Gojo como el hechicero más fuerte del mundo parecían ser insuficientes ante el aura de poder que desprendía el hombre ante él.

Y parecía estar enfadado. Las comisuras de sus labios estaban fruncidas, su frente arrugada y sus músculos tensos. Era intimidante.

— Sí, lo tengo. — Respondió el chico, sacando un papel arrugado de su chaqueta y entregándolo a Gojo. — Aquí lo tienes.

Gojo lo tomó rápidamente y examinó el documento cuidadosamente. Al menos eso pareció al chico, ya que las gafas de sol opacas de Gojo ocultaban sus ojos. Cuando llegó al final, las manos de Gojo se tensaron alrededor del papel, arrugándolo ligeramente.

— ¿Estás seguro de que es auténtico? — Preguntó con autoridad.

El chico asintió con entusiasmo.

— ¡Sí! ¡No tienes idea de lo difícil que me ha resultado conseguirlo! — Exclamó el joven hechicero.

Era cierto, había estado esperando frente al apartamento del cazarrecompensas durante varias noches sin dormir, esperando el momento adecuado para infiltrarse y cumplir la misión que Gojo le había encomendado.

— No sabe la cantidad de seguridad que había en ese piso. Primero, he tenido que-

— Gracias. — Lo cortó Gojo. — ¿Lo has leído?

El profesor señaló el documento robado al cazarrecompensas.

— Eh... sí. — Admitió el chico, sintiéndose inseguro de pronto. ¿No debería haberlo hecho? — Lo siento.

Gojo doblo el papel con cuidado y se lo guardo en el bolsillo interior de la chaqueta.

— No le digas a nadie lo que pone. — Lo advirtió. — O no podre recomendar tu ascenso.

El hechicero asintió diligentemente, y fue lo bastante listo como para no preguntar que relevancia tenia una orden de búsqueda antes de que Gojo se desvaneciera de ahí. Debía ser importante.

***

La luz encendida de tu baño iluminaba con una luz cálida el perfil de Gojo, proyectando a la vez tu sombra en el suelo de tu habitación. Entre sus dedos, la nota que te había entregado Suguru. No entendías como habías podido ser tan despistada de dejarla a la vista antes de entrar al baño.

— Puedo explicártelo. — Te apresuraste a decir.

No puedes, dijo una voz en tu mente, y apretaste los dientes al darte cuenta de que tenía razón. Debido al pacto vinculante que habías hecho con Suguru, no podias revelar lo que había sucedido aquella tarde.

Gojo dejó la nota con cuidado donde la había encontrado y negó con la cabeza.

— Esto es en dos días. — Dijo. — ¿Te dejo sola un momento y ya estás pensando en escaparte?

Old Beats | Gojo Satoru x LectoraWhere stories live. Discover now