"Corea del Sur; país donde se llevaba acabo las competencias nacionales de bandas y país donde las redes tienen el poder de dañar a los demás con solo una publicación cuando querían cambiar la jerarquía tradicional o si se querían meter con alguien...
Salió de su cuarto soltando un bostezo cansado mientras se acostumbraba a la luz de la habitación. Caminó por toda la casa extrañándose por el total silencio y era extraño, el omega no le prestó atención al recordar que esa noche llegarían dos invitados.
Y la razón del porqué arreglaron toda la casa. El "te veo mañana" se terminó por postergando hasta el sábado. Que era hoy.
Lee, después de haber dejado al omega se dispuso a regresar a la casa, fue a bañarse y cuando salió notó que tenía varias llamadas perdidas y distintos mensajes que lo llegaron alterar y preocupar, otra vez.
Por eso le envío un mensaje al rubio informándole que estaría ocupado por temas personales y no estaría disponible esos días solo el sábado. No le iba a decir más, no ahora, creía que no era momento de traer demonios del pasado al presente.
Jisung escuchó pequeños pero rápidos click's y a alguien hablar sobre que debían cuidar la jungla para ir a la base.
Suspiró sabiendo lo que ocurría, caminó directo al cuarto del pecoso.
Felix se encontraba frente a su ordenaron mientras seguía jugando. La cama seguía armada y al lado suyo tenía algunas tazas de café.
—¡¡Lee Felix!!— gritó en el oído del menor.
Felix ni se inmutó.
Cuando la partida terminó, el pecoso celebró su victoria sin percatarse que tenia a su amigo al lado que al voltear se espantó dando un pequeño grito al toparse con Han, quien lo miraba con desaprobación.
—¿Qué haces en mi cuarto? Avisa antes de entrar.
—Te he gritado por mas de 20 minutos, Lee.
—Lo siento..
—¿Cuántas tazas?
—Tres con esta.— Se levantó y agarró su toalla para dirigirse al baño—, me bañaré. Luego dormiré toda la mañana.
—Tenemos visitas ¿sabes?
—Vienen en la noche, duh. Te ayudaré a cocinar, hasta eso no te acerques a la cocina, no quiero volver a ver hombres de rojos en mi casa.
Se adentró riendo al ver la cara indignada de su amigo. Recordando el día que Han había quemado el desayuno y encendió la alarma de incendios haciendo que los bomberos de la zona lleguen a revisar. Rió con mas fuerza al recordarlo.
—¡Solo fue una vez!— chilló con indignación.
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—¿Te bañaste en perfume?— empezó oler el aire confirmando sus dudas.— Si, definitivamente te echaste todo el frasco encima.
—¡Yah!—Se quejó poniéndose el cubrebocas.
—No entiendo porque lo haces. De por si ya tienes aroma.
—Sólo quiero ir más presentable. Será la primera vez que entre a su departamento, siempre nos vemos a unas cuadras.
