Capítulo 5 - La cacería

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Estaba corriendo otra vez. No sabía durante cuánto tiempo exactamente, pero estaba en la calle con las primeras luces de la mañana, corriendo hasta mojarse de pies a cabeza en sudor por el esfuerzo. Kara jadeaba tomando un breve descanso cerca del lago cercano a su barrio, no podía dormir, no podía funcionar desde el viernes.

Había pensado en inventar excusas como "he tenido un accidente y el coche me ha atropellado, así que tenemos que cancelarlo" o "tengo un virus mortal, estoy en cuarentena", pero a pesar de que a su cerebro se le ocurrían docenas de ridiculeces, vibraba de energía. Temía el día en que Lena la llamara, pero tampoco podía esperar, le parecía una eternidad. 

Por eso se lanzaba al aire libre, para correr kilómetros hasta que le ardieran las piernas y los pulmones y para tal vez poder olvidar las imágenes de Lena recostada sobre una cama, de forma comprometedora, sin dejar nada a la imaginación. Aquellas imágenes la atormentaban, su alfa estaba tan inquieta que apenas podía contenerse para darse placer pensando en Lena, y en su embriagador olor rezumando de aquella piel lechosa que ansiaba explorar palmo a palmo.

Miró el lago, tan claro como el cielo, el azul se mezclaba armoniosamente con el verde. Tal vez podría lanzarse al lago para refrescarse, o hacer un viaje rápido a Alaska para aliviar su fiebre ahora que podía encender sus poderes.

Como era domingo, la gente empezaba su jornada más tarde de lo habitual, así que todo estaba tranquilo y desierto. Cuando regresó a su apartamento, tenía los músculos cansados, pero zumbaba con otro tipo de energía y lo único que podía hacer para que desapareciera era una sesión rápida con...

No. No. No iba a masturbarse como una alfa cachonda, no otra vez. Ya era vergonzoso.

Cogió las gafas del soporte de la habitación, tal vez podría intentar filtrar los ruidos para encontrar a Lena, probablemente estaría durmiendo a esas horas o tal vez trabajando; Kara no esperaba menos de ella, ya que era una reconocida adicta al trabajo. Desactivó su regulador y se quedó quieta, necesitaba un poco de adaptación para que sus poderes volvieran; un minuto todo era silencio y normalidad, al siguiente era lo más intenso con todo y todos invadiendo sus oídos y apoderándose de sus sentidos. Los sonidos que oía creaban una cacofonía salvaje. Respiró hondo y se sentó en un taburete, ahora tenía que filtrar bien todos los sonidos hasta encontrar a Lena, era algo con lo que necesitaba practicar ya que su manejo de los poderes estaba bastante oxidado.

Tenía el ceño fruncido, seguía buscando la voz de Lena o los latidos de su corazón, con los que se había familiarizado bastante durante la última semana, entonces abrió los ojos de repente. Los latidos del corazón de Lena latían como locos y jadeaba como si hubiera corrido una maratón y... Y dondequiera que estuviera, estaba sorprendentemente cerca de su vecindario, ya que Kara podía oír claramente el sonido húmedo y abofeteante que terriblemente sonaba como...

Oh mierda. Oh Rao.

El escritorio cedió bajo las manos de Kara, cayó al suelo con un fuerte sonido, pero a Kara no le importó lo más mínimo mientras escuchaba a Lena. Definitivamente era Lena, podía distinguir el sonido procedente de su coño resbaladizo, se estaba introduciendo algo en el coño una y otra vez y estaba haciendo ese maldito sonido...

Oh, se estaba metiendo un consolador en su coño empapado. Por el sonido de sus gemidos, era un consolador grueso, estirando su coño como lo haría si fuera Kara empujando su pene contra ella...

Kara sintió que la polla le palpitaba en los calzoncillos, dio un grito ahogado y se levantó para ir al baño a aliviarse la erección, pero se olvidó de que tenía los poderes encendidos y estuvo a punto de dejar un agujero en forma de Kara en la pared. Apenas hacía unos minutos que se estaba amonestando a sí misma por no ser una alfa cachonda, y ahora corría a ducharse para empalmarse la polla.

Can't help but falling (for you) {{SuperCorp}}Where stories live. Discover now