VEINTICUATRO

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León

Tres meses han pasado desde que la prueba de paternidad me marcó al 99% como padre del hijo de Fiama. Mi mujer y mi madre nos contaron las sospechas que tenían sobre el milagroso embarazo de Fiama. No hemos podido probar nada, la única manera es torturando a uno de los dos, Fiama está embarazada y no va a recibir ni una sola tortura hasta que mi hijo nazca. En cuanto a su padre está en paradero desconocido, huyó después de la visita de Amato y Pittore. Por otro lado, mi esposa está teniendo la paciencia de una santa, Fiama vino a vivir con nosotros después de la prueba de paternidad. Estaba sola en su casa, su padre la dejó con algo de dinero y una casa vacía. Fue idea de mi mujer que viniera con nosotros. Estos tres meses ha estado muy entusiasmada con el bebé. No sé qué pensar de eso, quizás sólo lo hace por mí o porque realmente ha empezado a querer a mi hijo. En cualquier caso, ya tiene preparada la habitación para el niño. Hace unos días descubrimos que va a ser un niño. Froto mi rodilla con mi mano, me ha estado doliendo más seguido, el médico no me ha quitado aún la medicación, me paso el día cansado, sin energía.

-¿Te duele otra vez?- me pregunta mi mujer.

-Sí.

-¿Quieres el calmante?

-Sí, gracias.

Mi esposa se levanta del sofá para ir a buscar el calmante que el médico me mandó. Fiama la sigue con la mirada.

-Vista fuera- gruño.

Pone los ojos en blanco, apoya los brazos en su vientre.

-Conmigo no eras así de posesivo- dice.

-A ti nunca te he amado, Fiama.

-A tu hijo no le va a gustar oír eso.

Me rio suavemente. La zorra no se imagina el destino que le espera. En cuanto mi hijo nazca ella abandonará este mundo, será como si nunca hubiera existido. Ivanna será la única madre que mi hijo va a conocer.

-¿No te cansas, Fiama?- pregunta mi hermana.

-¿De qué?

-De ser tan zorra- contesta Gabi sonriendo.

-Por lo menos mi hijo va a tener a sus dos padres biológicos.

Me pongo de pie de un salto, voy hacia Fiama y la agarro por la garganta apretando fuerte.

-Vuelve a decir una mierda así y te juro que sales de esta casa nates de que llegue la noche.

-No puedo respirar- dice con dificultad.

-León, suéltala.

Obedezco a mi mujer. Giro la cabeza para mirarla.

-Tómate el calmante y siéntate- me dice.

Cojo la pastilla y el vaso de agua que me ofrece. Me dirijo al lugar del sofá que estaba antes, escucho a Fiama gritar. Miro hacia atrás, su nariz está sangrando, Ivanna la tiene tomada por el pelo de la nuca.

-Nunca, en tu puta vida, vuelvas a nombrar a mis sobrinos en tu sucia boca de puta. ¿Lo has entendido?

Fiama asiente. Ivanna se acerca a mi hermana y agarra a Alexa en sus brazos. Le sonrío a mi mujer.

-¿No vas a decirle nada?- me pregunta Fiama taponandose la nariz.

-Sí, tienes razón. Mi dispiace- miro a mi esposa- Bien hecho, shchenok- le guiño el ojo.

Me siento en el sofá y llamo a Rebeca para que atienda a Fiama. Ivanna se sienta a mi lado con Alexa.

-Zio, mira- dice enseñándome la muñeca de trapo que mi esposa le regaló.

LEÓN #3 [Disponible en físico]Where stories live. Discover now