Camren One Shots (2)

False God

"Estábamos locas al pensar, locas al pensar que esto podría funcionar ¿Recuerdas cómo dije que moriría por ti? Fuimos estúpidas al saltar al océano que nos separaba ¿Recuerdas cómo volaba hacia ti? Y no puedo hablarte cuando estás así, cuando miras por la ventana como si yo no fuera tu ciudad favorita, soy la Ciudad de Nueva York, sigo haciéndolo por ti, cariño, todos nos advirtieron sobre momentos como este, dicen que el camino se pone difícil y te pierdes cuando te guía tu fe ciega, fe ciega"

Roma, Italia

-¿Qué carajo?.- se quejó Kiera mientras el cielo se nublaba, en cuestión de minutos la lluvia se desató en la capital. -Ahora deberíamos correr.- agregó mientras colocaba su bolso por sobre su cabeza.

-¿Cuándo nos conseguiremos un auto de dudosa procedencia?.- preguntó Monique mirando la hora en su reloj de pulsera.

Noviembre era así de maravillosamente cambiante cuando de clima se trataba, era uno de los meses más lluviosos del año y las chicas universitarias debían estar preparadas ante cualquier nube gris que se asomara en su camino a clases.

Elwira había tenido la suerte de irse antes, su facultad estaba lejos de las instalaciones universitarias así que debían tomar transportes públicos diferentes, por otro lado las facultades de Kiera, Monique, Lauren y Camila estaban cerca así que cuando sus horarios coincidían se iban todas juntas a sus clases desde el apartamento que arrendaban en conjunto.

-¿Qué tienen que hacer hoy? Yo estoy libre de mi turno en Jolie.- contó Monique -de nacionalidad belga- haciendo mención a su trabajo de medio tiempo.

-Nada, estudiar quizás.- Lauren se encogió de hombros mientras jugaba con la correa de su bolso. -Aún no tengo noticias sobre si el ministerio del trabajo aprobó o rechazó mi solicitud.- agregó pasando una mano por su frente, la lluvia estaba siendo intensa.

-Tampoco he recibido una respuesta, si te sirve de algo.- murmuró Camila y Lauren asintió mientras jugaba con la cruz que colgaba de su cuello, estaba algo nerviosa por el trámite y siempre que algo la inquietaba para bien o para mal, jugaba con la cruz.

Las tres mujeres europeas (Kiera, irlandesa - Monique, belga - Elwira, polaca) contaban con su visa de estudio general así que legalmente se les permitía trabajar un máximo de 20 horas semanales, además de contar con su pasaporte de la Unión Europea, diferente era la situación para Lauren y Camila (ambas estadounidenses) que necesitaban contar con una aprobación del Ministerio del Trabajo para poder ser contratadas.

A Lauren no le apuraba completamente, pero estaba tratando de encontrar algo más que hacer para no estar toda la tarde en el apartamento, este semestre estaba siendo muy flexible en los horarios así que se encontraba con mucho tiempo libre, si bien en Roma siempre hay cosas que ver, Lauren quería aprovechar de vivir la experiencia completa, se había inscrito a las actividades extracurriculares y fue así que llegó a la natación, algo que le estaba apasionando tanto como sus estudios y sus pasatiempos recorriendo museos.

Camila había decidido enviar la solicitud para fastidiar un poco a la mujer de ojos verdes, ambas no tenían la mejor relación y aunque vivieran en el mismo techo trataban de evitarse siempre que podían, nada realmente malo había sucedido entre ellas, era simple falta de comunicación y malos entendidos, Lauren pensó que Camila había sido muy poco agradable en el primer día viviendo juntas y Camila pensó que Lauren era una niña mimada que venía a vivir la experiencia europea sin importarle nada ni nadie más, claramente ambas estaban equivocadas.

-Trabajar es una experiencia que recomendaría pero solo a un 50/50 no sabes lo mucho que extrañas estar en tu casa cuando las horas se hacen eternas en el trabajo.- se quejó Kiera y Monique asintió de acuerdo.