Hielo

2

-¿Y le dijiste que no? -Dice Josh divertido por la situación mientras daba un sorbo de su cerveza, haciendo que negase en respuesta. -En el funeral de su padre, hay que ser cabrón.

-No le dije que no, le dije que tenía que pensarlo. - respondí, sintiéndome incómodo por la situación en la que me encontraba. Había estado reflexionando desde que Megan me hizo la pregunta días atrás y no sabía qué decisión tomar. Me sentía culpable por no poder darle una respuesta positiva, especialmente en medio de la difícil situación que estaba atravesando tras la muerte de su padre. -El entrenamiento requiere una cantidad de trabajo en equipo. - Suspiré profundamente mientras tomaba un buen trago de mi cerveza y Josh parecía completamente divertido con mis palabras. -No sé si puedo confiar en alguien como ella.

-¿No crees que estás siendo demasiado duro con ella? -Preguntó mirándome con una expresión que denotaba preocupación. -Todos sabemos del talento de Megan, además tu año ya está acabado. Podría ser una buena oportunidad para ti.

Josh es un apasionado del powerlifting, un deporte que contrasta mucho con el patinaje. Es un gran amigo y siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado, aunque muchas veces no entienda mucho de lo que le estaba contando. Siempre mostraba interés en escuchar mis historias sobre el patinaje artístico, aunque no fuera su deporte favorito.

Los músculos de sus brazos y pecho se marcaban con cada movimiento, y su barba bien cuidada acentuaba sus rasgos varoniles. Era difícil no notar su presencia en cualquier lugar al que llegaba. Jamás le había visto faltarle el respeto a una de ellas o aprovecharse de su atractivo físico.

Sus palabras calaron en mi mente y me di cuenta de que quizá tenía razón. Tal vez estaba siendo demasiado crítico y no le estaba dando una oportunidad justa. Decidí en ese momento que necesitaba aclarar un par de cosas con ella antes de tomar una decisión final.

Después de salir del bar con Josh, decidí dirigirme a la casa de Megan, pero para mi sorpresa nadie respondía a mi llamado. Miré por la ventana, observando que las luces se encontraban apagadas, lo cual significaba que probablemente no se encontraba nadie en el interior. Se preguntó si ella había salido a entrenar o tal vez había salido para despejarse después del funeral de su padre.

Después de caminar unos metros acabé llegando a mi casa. Busqué las llaves en mi bolsillo adentrándome al interior, encontrándome a mis padres los cuales me recibieron con una sonrisa. Me senté con ellos tras haber cogido una botella de agua de la nevera.

-¿Cómo está Josh? -Mi familia, al igual que con Thomas, le tenía un cariño especial. Eran chicos encantadores y siempre habían estado ahí para mí.

-Está bien... Hemos estado hablando del tema de Megan. -Comenté, antes de dar un pequeño sorbo de mi bebida para después aclarar mi garganta ante la atenta mirada de mis progenitores. -Creo que hablaré primero con ella antes de darle una respuesta, he ido a su casa pero no parece estar.

-Tómate tu tiempo para pensar, pero creo que haces lo correcto, Andrei. No te dejes llevar por el momento de enfado con Derek.

Al día siguiente desperté temprano como de costumbre para poder salir a correr antes de ir al instituto. Mientras corría, me era imposible no pensar en la propuesta y en las palabras de Josh.

¿Había sido demasiado duro?

A lo lejos pude ver una pequeña pista de patinaje bastante parecida al lugar donde había comenzado mi pasión por lo relacionado a este deporte. Mi mente en ese momento se iluminó como una bombilla. Tal vez, si buscaba en patinadores más experimentados, podría encontrar una respuesta.

Tras recorrer mi barrio por un rato más, decidí que era hora de regresar a casa. Al llegar, me di una rápida y refrescante ducha y me preparé para ir al instituto, decidiendo mientras me vestía que más tarde sería el momento de abordar la situación.