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Pasaron unas semanas donde la tensión entre ambos empeoró considerablemente. La actitud de Megan había pasado de ser dócil y agradable por el fallecimiento de su padre a la Megan que siempre había conocido. Notaba como la actitud de Giulietta había vuelto a contagiar a mi compañera de nuevo con ese impulso de superioridad.

Durante esta sesión Derek nos propuso realizar una acrobacia más complicada de lo que habíamos realizado. Tomé la mano de Megan cuando llegó el momento colocándola detrás de mi cabeza, viendo cómo Megan se preparaba para aquel salto. Con un giro rápido se lanzó por los aires agarrándose con fuerza a mis brazos, quizá demasiada. Aquello provocó que perdiese el equilibrio y mi cuerpo impactase contra la pista de hielo.

Dolor.

El dolor comenzó a hacerse presente en mi espalda, para después extenderse por todo mi cuerpo. El aire salió con fuerza de mis pulmones, quedándome sin respiración durante unos segundos. Noté cómo mi corazón se aceleraba y una oleada de dolor provocó que cerrase mis ojos con fuerza.

Cuando logré recuperar el aliento mis ojos se abrieron, pudiendo ver sobre mí a Derek, Giulietta y Megan con un gesto de preocupación. El hombre fue el primero en arrodillarse a mi lado manteniendo mi cuerpo en el suelo con una mano sobre mi pecho, evitando que me levantase.

–¿Estás bien? –Preguntó Derek con un claro tono de preocupación tras aquella aparatosa caída.

–Sí, sí... Solo me duele un poco la espalda. –Comenté tomando su mano para poder levantarme y ayudarme de su fuerza para hacerlo.

–Deberías descansar por hoy. –Dijo Giulietta mientras elevaba una ceja hacia Derek, no sabía exactamente qué quería decir, él asintió mientras se deslizaban hasta la salida de la pista y se sentaban sobre un pequeño banco. Derek tardó unos segundos en colocarme una bolsa de hielo en la espalda, haciéndome estremecer al sentir aquel frío directamente contra mi piel.

Mirábamos cómo Megan se mantenía en la pista de hielo con Giulietta haciendo algunas acrobacias en solitario para tratar de demostrarle a la mujer que no se había tratado de un error suyo.

¿No pensaba preguntarme si estaba bien? Una punzada de resentimiento e ira inundaban mi cuerpo al darme cuenta de la poca importancia que tenía para ella en ese momento.

Derek me acercó una botella de agua sentándose a mi lado. Le di un pequeño sorbo antes de suspirar mientras miraba a Derek esperando a que él me dijese algo, pero se mantuvo en silencio durante unos segundos.

–No te preocupes por ella, Andrei. Ha trabajado desde hace años con Giulietta, le falta aprender sobre trabajo en equipo. –Comentó Derek como si estuviese leyendo mi mente apoyando una de sus manos sobre mi cabeza. Asentí en silencio con mi cabeza, agradecido por sus palabras. –¿Qué quieres hacer ahora?

–No quiero seguir por hoy. –Respondí mientras dejaba la botella de agua apoyada en el suelo entre mis piernas.

–Necesitas un descanso. Llevamos unas semanas muy intensas. –Me mantuve en silencio mientras notaba cómo el dolor iba desapareciendo poco a poco sintiéndome algo más relajado. –Antes tenemos que hablar con vosotros en la oficina, tenemos un par de noticias que daros.

Noté una palmada en el hombro por parte de Derek, antes de incorporarse y caminar hasta quedar al lado de Giulietta. Comentaron algo en un tono bajo, antes de alejarse. Escuché cómo la mujer le indicaba a Megan que el entrenamiento había finalizado.

Cogí mi mochila quitándome los patines antes de que Megan saliese de la pista y me encaminé hacia la oficina, tomando asiento para esperarlos. A los pocos minutos aparecieron por el pasillo. Megan se acomodó a mi lado, mientras nuestros entrenadores se mantuvieron de pie. Giulietta tomó la iniciativa apoyándose contra aquel escritorio.

–Tengo una noticia... He conseguido una plaza para un campeonato. –Comentó mientras golpeaba su barbilla con sus largas uñas buscando cómo continuar con la conversación. –Sabéis que la competición es muy dura, pero no tanto como los nacionales. Espero que podáis dar la talla y no avergonzarnos.

–Por cierto, nuestros principales rivales son Anna y Max. –Comentó Derek finalizando aquel incómodo silencio que Giulietta generó con su último comentario. Miré a Megan al escuchar aquellos nombres.

Anna era puro talento. Era la patinadora más admirada en aquellos tiempos. Físicamente destacaba allí donde fuese. Su cabello pelirrojo caía siempre en ondas sobre su hombros cuando no lo llevaba recogido. Los rasgos de su cara eran finos y delicados. Tenía una figura esbelta y bien proporcionada, y sin mencionar su envidiable altura.

Max por otro lado era un recién llegado, aunque era imposible no conocer su envidiable talento para el patinaje. A diferencia de mí era un chico musculoso, y con un pelo parecido al mío el cual dejaba que cayese por su frente. Su mirada era siempre seria, y su postura en la pista era elegante a pesar de su apariencia fuerte y robusta.

–La competición es en dos semanas y estaremos una semana en California. –Derek comentó y le prosiguió Giulietta, aunque para esos momentos me era imposible centrarme en la conversación. Notaba un escalofrío haber recorrido mi cuerpo el cuál no desaparecía. Competir con ellos me emocionaba, pero a la vez me llenaba de nervios. No sabía si podría estar a la altura para superarlos.

Al terminar aquella pequeña reunión caminé con tranquilidad hacia el aparcamiento, agradecía haber llevado el coche aquel día, el dolor de mi espalda no me iba a permitir llegar hasta casa. Notaba la mirada de Megan seguirme. Al llegar a mi coche, la vi acercarse a mí a un paso apresurado.

–¿Estás bien, Andrei? –Preguntó ella.

–Bien, supongo. –Respondí encogiéndome de hombros mientras sacaba las llaves del coche de mi bolsillo.

–No pareces convencido. –Dijo ella con una de sus cejas levemente levanta queriendo sacar más de mí.

–Tengo algunas dudas. –Confesé mientras abría la puerta del coche.

–¿Qué dudas? –Preguntó mientras se alejaba unos metros de mí para que pudiese abrir la puerta. Me senté, sin cerrar la puerta para poder seguir hablando con ella.

–Sobre la competición. No sé si estaré al nivel de Anna y Max. –Comenté mientras colocaba las llaves en el contacto.

–¿Qué dices? Somos mucho mejores que ellos.

–¿Después de la caída de hoy? –Dije negando con sarcasmo, mientras encendía el motor del coche.

–Es una caída. No le debes de dar más importancia. –Sus palabras me hicieron suspirar roncamente mientras veía cómo ella cerraba la puerta del coche.

–¿Te llevo a casa? –Comenté al ver como ella colocaba la mochila sobre uno de sus hombros. Su padre solía ir a por ella constantemente, y tras eso veía cómo diariamente volvía andando hasta casa.

–No hace falta. No me molesta caminar. –Respondió ella.

–No seas tonta. Vivimos casi en frente. –Dije mientras hacía un pequeño giro de cuello indicándole que subiese. Me miró dubitativa unos instantes antes de subir al coche.

Arranqué el coche y salí del aparcamiento despidiéndome de Derek y Giulietta con la mano al pasar cerca de su coche. Pese a la pequeña conversación sabía que en mi rostro se notaba una clara preocupación por la competición.

–No tienes nada que temer, Andrei. Somos un gran equipo juntos, lo has visto esta semana. Solo tenemos que concentrarnos estas semanas, verás que todo va bien.

–Gracias, Megan. No esperaba escuchar esas palabras viniendo de ti. Significa mucho. –Pude ver cómo Megan se sonrojaba levemente y desvió la mirada por la ventanilla del coche.

–Deja de decir gilipolleces, Andrei. –Comentó divertida, haciéndome reír ante su comentario. Cambiamos de tema y finalmente llegamos. Me aseguré de que entrase en el interior antes de realizar un giro y aparcar el coche en mi casa.

Bajé del coche en silencio, completamente perdido en mis pensamientos. ¿Realmente era lo suficientemente bueno para competir contra Anna y Max? Tenía mucho que trabajar con Megan antes de poder decir que sí.

Entré en mi casa, subiendo directamente a mi habitación para poder dejar la ropa sucia en aquel cesto antes de bajar a contarle la noticia a mis padres.

HieloWhere stories live. Discover now