Capítulo 3 Talves, sólo talves

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" Te amo y más, de lo que puedes imaginar.
Te amo además, como nunca nadie jamás lo hará.
En esta canción, va mi corazón.
Amor más que amor, es el nuestro y te lo vengo a dar."

               El libro de la vida.

(...)

Estaba molesto, no molesto no. Estaba furioso.

Después de que terminó la clase los idiotas de sus compañeros corrieron a ver al nuevo.

Yibo estaba sentado en su puesto con un montón de personas rodeándolo, y el rubio solo los miraba desde su puesto.

- ¡Wang! - llamó una niña. - ¿Qué eres, alfa, beta u Omega?

— ¡Yo también tengo curiosidad! - dijo otro.

Yibo se rascó el cuello un poco incomodo y sonrió nervioso.

— B-bueno, yo soy alfa. - todos a su alrededor se sorprendieron.

— ¿¡Eres alfa de verdad Yibo!? - una Omega estaba tomando demasiada confianza con él y se arrimaba con mucha estima.

Zhan chistó la lengua volteando la cara, su día se había arruinado, talves se le hubiese acercado para hablarle pero, han pasado años desde la última vez que lo vió, era más grande y diferente.

No sabía que decirle, ni siquiera sabía si tenía los mismos gustos cuando era un niño, o si seguía siendo aquel Bo de siempre, además de que esos inútiles no le dejaban oportunidad para acercarse.

Tomó su bento y se levantó, fue hasta la parte trasera de la secundaria, en donde no había nadie, se sentó en debajo de un árbol de cerezo que había y se dispuso de disfrutar su comida.

— ¡Zhan! - brincó por el susto, la comida que había agarrado con los palillos se le cayó al suelo.

Miró a los lados y encontró al peli-verde quien iba hacia el con su bento en mano también. Yibo se acercó a él.

— ¿Me puedo sentar junto a ti? - preguntó, Zhan alzó la cara para mirarlo, el alfa le miraba algo nervioso y expectante.

Se encogió de hombros al final, Yibo se sentó a un metro de distancia y abrió su bento.

Un silencio algo incómodo los envolvió.

- ¿C-cómo te ha ido? - el peli-verde fue el primero en romper el silencio, quiso entablar una conversación.

— Bien, creo. - fue todo lo que respondió, Yibo bajó la mirada.

— Oh, qué bueno. - no sabía que proseguir, además no sabía si Zhan lo recordaba aún, o si quería seguir siendo cercano a él.

Zhan suspiró, sabía que el idiota del alfa ya se había puesto triste.

— Bo. - llamó, y como si hubiera dicho alguna palabra mágica, la cara del peli-verde se iluminó, podía jurar que hasta brillitos salieron de ella. — Bo...¿¡Podrías dejar esa cara de idiota!?

Yibo soltó un pequeño chillido y se encogió en su puesto sin entender porqué le había gritado.

- ¡Lo siento! - exclamó, aunque la verdad no sabía de qué.

— ¿¡Por qué te disculpas?! - ¿Era idiota o se hacía?

— ¡No sé! - fue la respuesta que obtuvo, no se hacía, si era idiota.

La campana de la hora de clase sonó, de vuelta en el salón se fueron a sus lugares, el resto del día pasó sin más preámbulos.

La hora de salía había llegado, todos guardaban sus cosas en sus bolsos.

Castigo Para Xiao ZhanWhere stories live. Discover now