Voz ahogada

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–... Che, Missa- la voz de Spreen sonó detrás del chico- vamos a casa- habló firme, dejando su espada sobre su hombro, ya habían pasado algunas horas desde que el muro se levantó incluso estaba apunto de anochecer, pero el de capa morada seguía mirando la pared, como si esperara algún milagro para que esta se bajara y todo haya sido una simple broma pesada- Missa-

–Voy, voy...- susurró el chico, soltó un suspiro antes de darse la vuelta lentamente y comenzar a avanzar hacia la casa, la primera en donde había vivido antes del evento del huevo.

–Creo que te preocupas demasiado, boludo- Spreen se cruzó de brazos, viendo como Missa apenas si arrastraba su pie entre el césped para caminar hacia su posición- tu huevo estará bien con el pájaro ese, entre más rápido lo superes menos notaras que se fue, así de fácil- se encogió de hombros.

–Hah... siento que todo fue mi culpa...- se abrazó a su mismo sintiendo el peso de sus acciones del día anterior- fue un momento tenso, al día siguiente se terminó levantando un muro separándonos a todos, es como si hubiera sido la gota que rebalso el vaso...-

–Che, lo estas sobre pensando mucho, Missa- tomó la fuerza de no rodar los ojos ante las palabras de su compañero- te pones en peso las cosas, pasó lo que pasó, nadie podia evitar que ese tipo perdiera la cabeza después de habernos encerrado aquí por una estúpida regla-

–¡Anoche discutí con Philza!- puso una manos en sus mejillas sintiendo mas culpa venir sobre el cargando a su espalda.

–... ¿Qué te hizo?...- el híbrido se quedó quieto por un milisegundo, al momento la hoja de su espada brillo gracias a la luna.

–No, no, no me refiero a eso, Spreen, sabes que apenas me conecto por mi condición, entonces anoche estaba Philza cansado por todas las cosas, lo había dejando cuidar a Chayanne por dos días enteros y yo llegando tarde como siempre... claro que apenas Phil había descansado, tuvo que levantarse a las tres de la mañana para poder atender al huevo... y yo como un tonto, estando desconectado dejandolo solo...-

–... ¿No le haz dicho de tu condición?- el chico volteó a verlo con una ceja alzada.

–No... me siento avergonzado por eso, no puedo decirle directamente lo que soy ¿qué pensaría de mi?- miró a Spreen directamente a los ojos, casi en suplica para que lo entendiera. 

–¿No se supone que es tu... "eso"- movió la mano como si le restara importancia a lo que sea que sea el rubio ese para Missa, es común que no le importe nada realmente- debe saber para entender la razón por la cual te desconectas seguido? se que no te gusta, pero capo, es una condición- 

–¿Qué crees que le diré, eh? "Hola, Pili ¿qué tal? oye adivina qué, tengo una enf-

–¡Métanse a la pinche casa!- gritó Roier, esos dos seguían parados como si nada sobre el puente mientras Spreen escuchaba a Missa mataban a los fantasmas que aparecían volando sobre ellos.

–Una poro-

–Solo vamos- Missa tomó la muñeca de Spreen para llevarlo dentro, al meterse Bobby los recibió dando saltitos antes de caminar hacia la mesa donde estaba la comida.

Los chico se sentaron en silencio antes de comenzar a comer un triste pedazo de carne con papas, en el ambiente se podía notar cierta tensión por parte de Missa, aunque Roier trataba de aligerar un poco las cosas lanzado uno que otro comentario gracioso, deseando poder aligerar el ambiente de esa pesada noche, pero tantas cosas pasaron en unos poco minutos, de por si, nadie había olvidado aun el asunto de los tacos, ese fue el momento en donde Missa salió de la casa después de la muerte de su gato, luego pasó lo de huevo, las cosas que habían  pasado distrajo a muchos sobre sus asunto pendientes del pasado. Entre el silencio de la cena, Tilin bajó poco a poco por las escaleras, observando precavidamente a las personas, pareciendo tímida e insegura ante todo el asunto

Muro de piedra Where stories live. Discover now