𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀: descubrimiento o hallazgo realizado por accidente, casualidad, inesperado y afortunado, de cosas que no se están buscando ni investigando, pero que son la solución para otro problema que se tenía.
"Pequeño y momentáneo, el mund...
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"Escándalo es la palabra que siempre se quedará grabada cada vez que veamos al príncipe Willem Frederik George Lodewijk, oh nuestra pobre hija del Duque de seguro está devastada. ¿Quién hubiera pensado que el príncipe hubiera tenido la audacia de besar a Cressida Cowper en medio del baile. Pensar en que la belleza de su Alteza Real Darcy Mecklenburg es incomparable, nos hace imposible pensar que no fue obra de la bebida. No obstante, nuestra monarca evidentemente se opuso a su matrimonio y así, el príncipe marchó a Francia solo y sin prometida. Solo le deseamos a nuestra rosa de diamantes que se recupere y encuentre a un hombre digno de sus sentimientos."
Documentos de la sociedad de Lady Whistledown, 14 de Abril de 1814
—Me iré, Señorita Darcy, y estoy seguro que estará a salvo —le había dicho Willem poco antes de que se terminara el baile—, lamento mucho lo que voy a tener que hacer, pero es la única manera en que usted no se vea afectada.
—¿Qué harás? —preguntó conmocionada, respiraba agitadamente, no quería más catástrofes y no estaba segura de que disolver el matrimonio con él sería de alguna forma de protección. El hombre no contestaba por lo que volvió a insistir—. Mi príncipe, ¿que hará?
—Causar una mala imagen que obligue a su tía a disolver el matrimonio —respondió y sin más, fue a la pista de baile y pidió a Cressida Cowper que lo acompañara.
Claro que la rubia había aceptado, un poco contrariada, pero obviamente se veía beneficiada por tal acto. Lady Cowper más que nada estaba orgullosa de ver que su hija era alguien que había cautivado al futuro rey de Francia. Y cuando menos se lo esperó, la besó, y la chica le siguió. Phillip fue el primero en captar ese momento y gritarle que era un bastardo, pero Darcy lo contuvo, sin explicarle mucho, él inmediatamente comprendió. Era una farsa para terminar con otra farsa.
Anthony Bridgerton se relamió los labios, después de su conversación con el principe no se esperaba que fuera tan valiente para hacer aquello. Miró a Darcy, y como ella, con los ojos rojos, la cara hinchada, se retiraba a lado de su hermano. Una vez que ella se retiró a sus aposentos, Phillip nuevamente volvió al baile y después de una charla con la reina, se dirigió hacia el vizconde con la determinación de hacerlo jurar que él sería el hombre perfecto para su hermana. El padre de los dos ya no tenía excusa para mantenerlos en Inglaterra y con ello, los abusos de él hacia Darcy. Él no iba a permitir semejante acto.
—Mire Bridgerton, de no ser que los vi a usted y al principe hablar, no lo creería capaz de hacer esto. Así que más le vale convencerme a mi también que ama a mi hermana, de lo contrario será usted sujeto a mi espada o mi pistola —le espetó con indiferencia.
