Capítulo 50 La excentricidad del padre (4)

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Capítulo 50 La excentricidad del padre (4)

Ella dijo eso, pero el corazón de Liu Huilan se hundió.

Este anciano solo tenía el 15% de las acciones en su mano, y entregó el 5% de una vez ...

¿Y su hijo?

Y su nieto ...

¿Por qué Lu Junhan puede obtener tantas acciones con solo pasar la noche, pero su nieto Lu Tianhua no tiene nada?

¡Eso no es justo!

Lu Junhan se detuvo, levantó los ojos para mirar a su abuelo y dijo con frialdad: "7%".

"..." El anciano estaba furioso y dejó pesadamente la taza de té en su mano: "El 5% ya es mi mayor concesión, muchacho apestoso, ¡no seas demasiado impertinente!"

La cara fría de Lu Jun no cambió su color: "8%".

"tú--!"

El rostro del anciano se sonrojó.

"9%".

"¡Está bien! Eso es el 7%". El anciano apretó los dientes, "Al igual que tu papá, es todo ..."

"9%". Lu Junhan arqueó las cejas y dijo a la ligera: "No hay discusión".

"..." El anciano respiró hondo, luciendo como si estuviera a punto de enfadarse, y finalmente agitó la mano impotente y dijo con voz profunda:

"¡Está bien, te lo debo! ¡Pero tienes que mostrarme a mi bisnieta! Después de todo, es tu primer hijo ..."

Los dedos de Liu Huilan se tensaron.

¿No es este anciano patriarcal?

Cómo……

Lu Junhan miró de reojo a Song Qingwan.

Los ojos de Song Qingwan señalaron: ¿de verdad está bien?

Lu Junhan no habló, solo le dio unas palmaditas en la cabeza a la niña y le susurró: "Ve, dale a tu abuelo los dulces que le das a los cerdos".

Antes de que entrara Song Qingwan, ella le advirtió muchas veces y le dijo que no hablara frente a su abuelo, que no le gustaría.

Por lo tanto, aunque Lu Li quería hablar con el abuelo, no se atrevió a hablar.

Ahora mi padre lo dijo, así que la niña felizmente sostuvo su caramelo y pasó.

"¿De verdad está bien?"

Song Qingwan todavía estaba preocupado.

"¿Te refieres al anciano o la cosita?"

Lu Junhan miró el teléfono y dijo a la ligera sin levantar la cabeza.

Song Qingwan fue inexplicable: "¡Por supuesto que es Lili!"

"Ella estará bien", Lu Junhan miró la espalda de la niña y arqueó las cejas. "¿Estará bien el anciano? No está claro".

Song Qingwan: "???"

...

"¿Eres mi bisnieta?"

El anciano frunció el ceño con cejas afiladas y sus ojos penetrantes recorrieron cuidadosamente cada centímetro de piel del rostro de la niña.

Esta pequeña niña se veía delicada y débil, como si el viento fuera a derribarla, y no era más fuerte que un niño.

Inevitablemente, hay un poco de disgusto en su tono.

¿Por qué no es un nieto?

¡Qué lindo sería ser un niño!

¡En el futuro, puede llevarlo al ejército para hacer ejercicio!

La tía le acababa de enseñar cómo llamarla, así que la niña asintió y las dos colas de caballo se agitaron y felizmente dijo: "Sí, abuelo, soy tu bisnieta".

"¿cuál es tu nombre?"

El ceño del anciano se frunció aún más.

¡Incluso la voz del habla es aprensiva, suave y débil, sin sangre!

Pero esta niña no le tiene miedo, lo cual es bueno, pero no es tan bueno como un niño.

"¡Lu Li! Papá Lu, la pera de Lihua", dijo la niña, y sacó una gran cantidad de caramelo de la bolsa: "Abuelo, ¿tienes dulces? Mi padre dijo, esto está delicioso. ¡Arriba!"

Aunque al anciano no le gustó mucho esta cosa dulce y grasosa, no olvidó que Lu Junhan estaba comiendo dulces en este momento y le pidió que los vomitara, pero no vomitó.

¿Es este dulce realmente tan delicioso?

Incluso el niño apestoso de Lu Junhan ...

Si este es el caso, puede tener algunos de estos dulces en casa la próxima vez.

Con rostro severo, tomó uno de la mano de la pequeña, lo desempacó y se lo metió en la boca, miró el papel de regalo, era una marca extranjera que nunca había visto antes, y preguntó:

"¿Qué tipo de azúcar es este?"

La niñita pensó por un momento, su cara estaba muy seria, y honestamente dijo: "¡Abuelo! Esto es azúcar para cerdos".

"Tos tos tos ..."

El rostro del anciano se sonrojó y su voz se elevó varias veces: "¡¿Tú, qué tipo de dulce dices que es este ?!"

La niña lo miró un poco perpleja, sus grandes ojos negros llenos de confusión: "Alimenta al cerdo".

"..."

ME COMVERTI EN LA PROPIA HIJA DEL VILLANO Where stories live. Discover now