Lenguajes del amor

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Narra: Narrador
Habían pasado 3 días desde que todos los jóvenes Tsukinami se
enfermaron. Con ayuda de los medicamentos y cuidados tanto de sus parejas como de Shin y Arata, no tardaron en retomar sus deberes pero con un ritmo más calmado. Por ejemplo Yamato aún no podía correr mucho porque se sentía mareado, Roberto no podía levantar tanto peso como antes porque aún tiene dolor muscular y ___ aún no hace tanto cardio porque la congestión le impide respirar del todo bien, así que papi Arata les tiene estrictas órdenes sobre los ejercicios que pueden hacer y cuales no, porque si bien se sienten mejor no quiere que se pasen con el ejercicio cuando aún no están al 100%.

Sus parejas también los han ayudado con sus grupos disciplinarios, ayudando a demostrar como hacer tal ejercicio y también estando atentos al momento en el que deben tomar sus medicamentos.

Ahora, recuerdan que Carlos quería tener una cita con su koala antes de todo esto del resfriado? Pues aun piensa que podría hacer de cita, pues están en pleno otoño y no seria la mejor idea un picnic al aire libre, ya que ___ aun no se ha recuperado del todo y no quiere que empeore, así que nuestro rizitos rebeldes está en crisis con que hacer para la cita sorpresa.

Pero finalmente llegó a la conclusión que lo mejor era pedirle ayuda a su suegro, él conocía a la perfección a su hija y era una persona bastante creativa aunque no lo parezca, así que en cuanto terminaron sus clases fue corriendo a la oficina de su suegro, al llegar no tuvo ni tiempo de tocar la puerta porque Arata le hablaba desde el interior de la oficina.

-Puedes pasar Carlos.

-Gracias señor -dijo el joven mientras entraba a la oficina de su suegro, para posteriormente sentarse en la silla que estaba frente a este- vengo a consultarle sobre una cita para su hija, no se bien que hacer y esperaba que pudiera ayudarme.

-De verdad que es todo un romántico, bueno...tengo una idea de hecho.

-Ah si? Me podría decir cuál es?

-Se viene una lluvia de estrellas este fin de semana, pensaba organizar un evento en el internado para que los estudiantes lo vean, obviamente no es buena idea que mi hija esté a esa hora de la noche afuera con las bajas temperaturas que hay por otoño y más considerando que aún está algo enferma, así que podrían verla desde su balcón, podemos adaptarlo para que se aisle del frío sin que llegue a afectar la vista del cielo.

-Wow señor, esa idea es maravillosa! -exclamó Carlos sorprendido de la idea tan romántica- su esposa debió ser muy afortunada.

-Ella fue una mujer maravillosa, lo mínimo que podía hacer era hacerla sentir querida y lo más importante de mi mundo -respondió el hombre oriental con melancolía y dulzura en su voz, a la vez que un sonrojo pintaba su blanca piel, después de tantos años, aún ama a su esposa como el primer día.

-De verdad aprecio mucho sus consejos señor.

-Y yo aprecio que cuides a mi hija, no creas que no he visto como te brillan los ojos al verla, de verdad la quieres y lo menos que puedo hacer es apoyarlos en lo que pueda.

-Gracias señor, su hija está en buenas manos -respondió Carlos haciendo una leve reverencia en señal de respeto- tengo otra pregunta señor.

-Adelante, no tengo problema en aclarar las dudas de mis estudiantes y mucho menos de la pareja de mi hija.

-.....Por qué usted siendo
un gran partido sigue soltero luego de tantos años? -cuestiono aquel joven de rizos, realmente no entendía como una persona como el señor Arata podía seguir soltero.

Rebeldía rizada (Carlos x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora