Tú me has cambiado

Cita doble acaba mal

Estaba en el instituto guardando cosas mías en mi taquilla hasta que Alex apareció detrás mía.

—BUH— gritó dándome un susto de muerte.

—¡AH!— grité yo asustada por el grito que acababa de escuchar. Me di la vuelta para ver quién había gritado hasta que me encontré con Alex.

—Menudo susto me has pegao— dije mientras ella se reía.

—Deberías haberte visto la cara, era un cuadro— dijo Alex.

Yo la fulminé con la mirada.

—Ya te pegaré yo un buen susto de muerte uno de estos días— amenacé.

—Inténtalo— me retó Alex.

De repente Matías y Simón aparecieron a nuestro lado.

—¡Chicas! ¿Que tal?— preguntó Matías nada más llegar.

—Bien— contestamos Alex y yo al unísono.

—Me alegro— dijo él.

—¿Que hacéis este finde chicos?— preguntó Simón.

—Voy a tener una cita con Laura— respondió Matías.

—¡Que coincidencia! Yo también voy a tener una cita con Alex.

—Oye ya que vamos a tener una cita los cuatro podríamos quedar juntos y hacer una cita doble— propuso Alex.

—Es una gran idea ¿Que os parece a vosotros chicos?— preguntó Simón mirándonos a mí y a Matías.

Matías no quería ir pero como no quería quedar mal ante Alex y Simón me miró a mí y cuando Alex y Simón no estaban prestándonos atención negó con la cabeza para hacerme ver que no quería ir a la cita doble, esperando que fuera yo la que rechazara la idea.

Por una parte yo quería tener una cita a solas con Matías pero por otra me parecía bien la idea de la cita doble para que así Matías superase de una vez su miedo a hablar en grupo.

—Nos parece bien— acabe diciendo mientras vi como Matías me fulminaba con la  mirada.

—¿En donde y a qué hora nos vemos?— preguntó Alex.

—¿En el restaurante de La Mamma mañana a las nueve os parece bien?— pregunté.

—Genial, allí nos vemos— respondió Alex.

El timbre sonó, indicando que ya era hora de empezar la primera clase del día así que Alex cogió del brazo a Simón y se despidió de nosotros para dirigirse a su primera clase.

—¿Porqué has aceptado si sabes que yo no quería?— preguntó Matías enfadado.

En un momento dudé en si mentir o no ya que si le decía que acepté porque quería que él superase su miedo a hablar en grupo igual por el enfado que le causé al aceptar la propuesta de Alex no intentaba superar su miedo pero me parecía mal estar mintiéndole así que opté por decir la verdad.

—Porque debes superar tu miedo a hablar en grupo— contesté yo y Matías no volvió a quejarse.

Cuando Matías y yo llegamos al restaurante Alex y Simón ya estaban allí así que entramos los 4, nos sentamos y cogimos una carta para ver lo que hay para comer.

—¿Que váis a pedir?— pregunté después de un rato.

—Yo me pediré una pizza— contestó Simón.

—Yo también quiero una pizza, ¿Nos pedimos una para los dos?— preguntó Alex.

—Por mí bien— contestó Simón. —¿Cual es la pizza que quieres?— preguntó.