28. ¿Aԋσɾα Qυιéɳ?

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Capítulo de impacto... 😮






Joaquín dejó a Emilio que durmiera esa noche sobre su cama. No quería molestar su sueño, ni interrumpir el descanso que de seguro su alma tanto necesitaba. Lo cubrió con algunas mantas, y luego se acurrucó despacio a uno de sus costados.

Lo miró dormir por largos minutos; y mientras se deleitaba observando la paz que su bello rostro les transmitía. Sin embargo, no podía evitar sentirse impotente al no poder evitarle tantos sufrimientos.

Joaquín haría y daría cualquier cosa por hacer feliz a Emilio, pero era consciente que aquello no estaba en sus manos, porque a medida que el tiempo transcurría cada vez iban descubriendo más horrores y mentiras por parte de Seidy y de quiénes la ayudaban.

Emilio era una persona cómo pocas, noble e incapaz de ver la maldad que existía a su alrededor. Alguien cómo él jamás tendría malas intenciones, ó la disposición de dañar a alguien por voluntad propia. Sin duda no era merecedor de toda la mierda que lo rodeaba, y que sin poder notarlo lo había estado consumiendo por años. Y eso era tan doloroso y frustrante para el castaño.







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A la mañana siguiente Joaquín fué el primero en despertar. Sin pensarlo mucho se levantó de la cama con el mayor cuidado para no despertar a Emilio, y de inmediato salió de la habitación.

Un instante más tarde estaba golpeando suavemente la puerta de la habitación de Kenny. La verdad era que no esperaba una respuesta tan rápida a esa hora de la mañana, por lo que se sorprendió cuándo la niña abrió la puerta sólo unos cuántos segundos después.

- Buenos días, cariño, ¿puedo pasar? - Joaquín saludó en un tono suave. Realmente tenía la esperanza que la niña aceptara hablar con él.

- Si, adelante - Kenny se hizo a un lado para que el mayor entrara, una sutil sonrisa se dibujó en su rostro. Pero en sus ojos aún se veía cansancio y tristeza.

El ojimiel se sentó en el borde de la cama, mientras que la niña se puso justo frente a él, en la silla de su escritorio. -¿Quieres hablar? - preguntó Joaquín mirándola con ternura.

- No sé, la verdad es que no tengo claro que podría decir - la niña hablaba en un tono de voz bajito, y se podía sentir en el la angustia de sus palabras.

- Quizás podrías intentar decir lo que sientes...-

- Yo, estoy muy triste, un poco molesta, pero... Creo que lo que más tengo es, miedo - la voz de la pequeña se quebró un poco tras las últimas palabras.

- Creo que todo eso que sientes es normal... Tu padre estuvo igual ó peor que tú cuándo lo supo

- Entonces, ¿papá lo supo hace poco tiempo? - La niña frunció el ceño mientras preguntaba. Las últimas palabras de Joaquín le causaban gran impresión, puesto que imaginaba que su padre sabía desde mucho antes aquella verdad.

El Tiempo En Tu Alma // Adaptación EmiliacoМесто, где живут истории. Откройте их для себя