¿All Might & Yuuei?

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El agua hirviendo apenas le sirvió de consuelo, no importaba cuanto tallase su cuerpo, hasta el punto de casi sangrar, no podía deshacerse de la sensación de suciedad qué carcomida cada centímetro de su piel.

Su cabeza de encontró con la pared cuando golpeó con esta de la frustración, tratando de poner sus pensamientos en orden, dejando el agua caliente escurrir sobre su nuca y hacia su espalda y pecho.

No se molestaría en buscar consuelo de los portadores, sabe que Quinto no será de ayuda con su personalidad del asco, y sabe que Séptima no tendrá una solución tangible al problema, y quizá solo empeoraría el desastre de su cabeza.

Rascaba los bordes de su cerebro, y aun así no podía encontrar razón del porque camino hacia adentro en vez de irse, aparte de no querer llegar a casa y encontrar a Inko "triando la toalla"

Aunque.. No recibir palabra de ella en cuanto despertaron se sintió ¿bien? Quizá la situación no sería tan mala si Inko finalmente se callaba y lo dejaba en paz por un tiempo.

La razón estaba en la misma Inko, ella no esperaba a Izuku siendo tan... "Dotado", y le ardía la garganta, qué no le dejaba hablar.

Ella misma lo sabía, no debía sentirse tan bien y tan feliz después de lo que hicieron, pero demonios, trece años de ser tratada como basura por el casi la hacen recurrir a "la salida cobarde" más de una vez.

A pesar de lo enferma y desagradable qué era la sensación en su vientre, se sentía bien, no volvería a salir de su casa claro, pero si con eso tenía un poco de atención y trato más favorable de él, que así sea.

Apenas había caído en cuenta de lo que esto significaba, Izuku podría haberse puesto íntimo con ella y darle un poco de atención y mejor trato, si, pero nadie le aseguraba qué Izuku también la trataría como basura en este ámbito.

Sintió ganas de llorar, pero se trago las lágrimas, era quizá muy temprano para llorar por ello, puesto que no sabía cómo podría tratarla todavía, apenas y habían tenido un encuentro.

Por lo que quería tener un poco de esperanza, aunque fuera el punto más bajo de su vida, de que Izuku la trataría mejor ahora.

Izuku seguía bañandose, y ella bajo las escaleras, completamente desnuda, si ella sería un objeto de puro placer carnal, al menos lo haría bien, dejando todo su cuerpo para fácil acceso de Izuku.

El mismo salio de la ducha, tenía la piel más rojiza, producto del agua caliente, y al verla desnuda en la cocina, solo observó su cuerpo por unos segundos antes de ir escalera arriba.

Inko por su parte, todavía no podía entrar en términos con lo que observo anoche, pues el cuerpo de Izuku estaba lleno de horribles cicatrices, no sabía si culpa de ella, pero si lo eran, sabía que perdió su lugar en el cielo, y eso que no era creyente.

Por lo que se sintió bien poder dejar que el descargara su frustración en ella.

En más de un sentido de la palabra.

Izuku bajo de su habitación, vistiendo el uniforme de Raijin nuevamente, una cosa de la que se sentía eternamente agradecida es que Izuku no se interesó tanto en heroísmo, y asistía a una preparatoria normal, todo porque ella no le pudo proveer de su mayor herramienta si es que este se quería adentrar en el mundo del heroísmo.

Por primera vez desde más de trece años, Izuku se sentó en la mesa de la cocina, observándola directamente mientras sacaba su celular.
- "¿No piensas cocinar?"

Los ojos de Inko se cristalizaron un poco ante la pregunta, ¡Izuku quería probar su comida de nuevo! Era un paso gigantesco en su nueva.. "Relación" si es que se le podia llamar a lo que ambos tenian ahora.

Una vida regular.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora