1.Mausoleo

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Esta historia comienza en una aldea aparentemente escondida entre unas altas y secas montañas y barrancos, en la que muy temprano por la mañana, las puertas con bisagras oxidadas de una iglesia antigua y abandonada se abrieron con dificultad. De la iglesia salieron corriendo dos jóvenes, uno de ellos llamado Clanmo, con ojos azules oscuros y un pelo rubio y corto. El otro por otra parte se llamaba Olester, a menudo acortado como Oles, teniendo este el pelo corto como Clanmo pero a diferencia de este último, su pelo era castaño oscuro, como sus ojos. Además los dos jóvenes portaban cada uno una espada recta y de aparente buena calidad, aunque ligeramente melladas por el uso que les habían dado.

Los jóvenes pasaron corriendo por todo el pueblo. Como era tan temprano que ni había salido el sol, solo estaban en las calles los dueños de tiendas y puestos que solían vender fruta, carne y otros objetos varios en la plaza. Una vez pasaron por la calle principal, salieron del pueblo por una de sus salidas, que daba a una pequeña explanada, también oculta entre montañas como la aldea. En esta explanada, se encontraba el mausoleo de la aldea, una construcción muy antigua en la que se contaba que estaban los cuerpos enterrados de los fallecidos fundadores.

Los jóvenes se dirigían a este mausoleo. Una vez estaban allí, se encontraron con un guardia de la aldea llamado Keik, el cual portaba protecciones de armadura por algunas partes del cuerpo y una lanza bien afilada y pulida con mango de madera, bastante rudimentaria pero efectiva a la hora de combatir. Una vez en el sitio, Keik no pudo evitar gritarles.

- ¡Idiotas!, ¡llegáis tarde a vuestro primer día!, ¿¡cómo vais a proteger así la aldea!?

Clanmo y Olester estaban aún recuperando el aliento por la carrera que se acababan de hacer desde la iglesia hasta el mausoleo, que están prácticamente en lados opuestos de la aldea, pero igualmente Clanmo intentó hablar.

- Lo sentimos... Es complicado levantarse tan temprano...

Olester le habló a Keik después de Clanmo.

- Además... Las otras dos tampoco han llegado...

- Ahí tenéis razón los dos, pero no pienso esperarlas solo para echarles la bronca. Entiendo que sea vuestro primer día, pero llevo aquí toda la noche y me quiero ir a dormir. Ya hablaremos luego.

Una vez Keik se fue, los dos amigos se relajaron, apoyándose en el mármol azul con grietas grises del que estaba hecho el mausoleo. Tomaron un momento el aliento y Olester habló.

- No entiendo porqué nos tenemos que comer la bronca solo nosotros dos.

Clanmo le contestó al momento.

- Bueno, después de todo, somos los que hemos llegado primero. Supongo que luego les dará la misma charla a las chicas.

Como si las hubieran invocado, justo Clanmo vio corriendo en la lejanía a las chicas. En cabeza iba Nereida, una chica de pelo largo y negro con ojos marrones oscuros como Olester y que portaba una guadaña como arma.

La otra chica por su lado se llamaba Claudia, la cual tenía el pelo largo y castaño claro, con ojos marrones claros. Portaba un bastón y era la única que vestía una túnica, totalmente blanca, mientras que el resto vestían ropas más o menos normales y de tonos oscuros.

Una vez las chicas llegaron fue como con los chicos, ya que intentaron recuperar el aliento, sin embargo, luego de unos segundos Olester no se mantuvo callado.

- Llegáis tarde.

Claudia le habló al instante.

- Sí, sí, Olester. Buenos días, yo también me alegro de verte.

- Lo siento, pero ahora que somos guardias de esta aldea debemos tener disciplina y llegar a la hora acordada con nuestros compañeros.

- Aaah... ¿Será por vuestra gran disciplina que encontramos por el camino a Keik hecho una furia? Además, si llegamos tarde fue porque vuestro querido perro se me abalanzó y me manchó entera de barro, obligándome a bañarme otra vez.

ClanWhere stories live. Discover now