4.El reino de Canzia

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El grupo pasó por la puerta, encontrándose dentro de la muralla, donde vieron guardias de pie, con grandes y prominentes armaduras, quietos y sin hacer nada. Cada uno de los guardias portada una lanza que terminaba en forma de pica, diseñada para poder penetrar sin problemas las armaduras del enemigo.

Cuando el grupo estaba pasando por dentro de la muralla, se sintieron abrumados, la gran muralla con unos guardias tan bien preparados no pudieron evitar el ponerlos nerviosos. Pero cuando cruzaron la muralla todo ese nerviosismo se les fue de golpe al encontrar un escenario alegre y lleno de vida.

Lo primero que vieron fue una gran plaza, adornada con bancos para sentarse alrededor de una fuente decorativa, la cual se encontraba en el centro del lugar. El sitio estaba lleno de vida, a donde sea que mirasen había gente yendo de aquí para allá, comparado con su pequeño pueblo era  increíble.

A partir de la plaza se podía llegar a 3 zonas por medio de unos caminos anchos que partían desde la plaza. El primero de ellos, se encontraba pasando la plaza todo recto, era la zona de la clase alta, donde las casas estaban construidas con buenos materiales y habían ostentosos adornos. El segundo se encontraba a la derecha, y era considerada la parte de la clase media, donde vivían la mayoría de los ciudadanos. Por ultimo estaba el camino de la izquierda, por el cual se llega a los suburbios de la ciudad, una parte de la misma realmente descuidada, con edificios construidos a base de chapa de metal y madera, donde se recluía a la escoria o personas de escasos recursos económicos. La división por caminos no era demasiada ya que a cualquiera de los 3 se podían llegar mediante estrechos callejones que habían por toda la ciudad.

Los 3 caminos convergían en una segunda gran plaza, la cual daba al castillo del reino, una gigantesca estructura hecha con los mejores materiales. Construida por los mejores arquitectos y obreros, con adornos que lo hacían ver lujoso e imponente. 

El grupo se había quedado con la boca abierta por el ambiente, menos Claudia, la cual ya había ido antes, y al entrar, y echar un vistazo no pudo evitar que le embriagase una sensación de nostalgia. Pero antes de que el grupo pudiera hacer nada más que quedarse impresionados, Claudia les dirigió la palabra.

- Oíd, algo importante.

- ¿Qué pasa?

Contestó Clanmo al girarse el grupo, ya que Claudia era la que iba detrás.

- El camino de la izquierda lleva a los suburbios, nunca me dejaron entrar ahí de pequeña, podría ser peligroso, así que mejor ni pensar en pisarlos. Por otra parte, el camino de la derecha lleva a la parte más normal, si queremos alojamiento y comida deberíamos probar suerte ahí.

- ¿Y el de en medio?

Preguntó Olester.

- Ese lleva a la parte de la clase alta, todo ahí es exageradamente caro, aunque más lujoso.

Clanmo habló justo después de que Claudia terminase.

- En ese caso, quizá lo primero sería conseguir algo de comida, llevamos tiempo sin comer algo en condiciones, luego, deberíamos ir probando por ahí a ver si conseguimos un lugar donde hospedarnos.

- En ese caso deberíamos dividirnos, yo y Nereida iremos a buscar el alojamiento, tu y Olester id a buscar comida. Cuando terminemos, nos vemos aquí, creo que para el medio día ya podríamos entrar al castillo, aunque no se si será tan fácil conseguir una audiencia.

- Tranquila, seguro que si les explicamos la situación nos dejarán ver al rey.

Después de que Claudia dijese su plan, todos estuvieron de acuerdo, y se separaron en los grupos acordados. Claudia y Nereida fueron a buscar alojamiento, probaron suerte yendo primero a una posada en la que se solía hospedar la familia de las hermanas.

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