Capitulo 12: "distracción en el infierno"

430 42 0
                                    

Llego a mi casa y está todo en silencio, desde afuera pareciera que no hay nadie.

Paso directo a mi habitación, pero en el pasillo me detengo al escucha el sonido que sale desde el espacio de mi madre, un gemido ronco poco sutil me dice absolutamente todo.

Mis ojos se abren y tapo mi boca porque me dan muchas ganas de reírme.

Me redirijo a la cocina carcajeándome por dentro, me gustaría pasar y gritar como ella lo hizo cuando me consiguió con los Backs, así sabrá lo que se siente.

Pero no lo hago, actúo como alguien maduro y consciente de la situación.

Unos minutos después escucho que se abre la puerta. Me yergo y cruzo de brazos tan seria como puedo ser.

Ay señora Wesley…

Pero aparece alguien delante de mi que hace que jadee totalmente sorprendida, mi jadeo es tan estruendoso que escucho los pasos apresurados de mi progenitora.

—¿Y tú qué haces aquí? — la pregunta sale sola.

—Puedo explicarlo — habla mi madre como si no los hubiera escuchado.

—¿Y que me vas a decir? Los escuché!! Te estaba dando como cajón que no cierra!!!

El se ríe por lo que digo y mi mamá roja como un tomate y yo seria porque no esperaba que fuera este ser, si no alguien de su trabajo, un compañero, de su edad.

—Hija, recuerda que yo soy la madre!

—Tiene mi edad!!! Podría ser tu hijo!

—Tengo veintisiete años, es imposible que sea su hijo.

—Te cogiste a mi madre, eres un descarado!

—Me gusto desde que me la presentaste, ya lo sabías.

—Si, pero…. Te hacia mi amigo sabes! Esto es tan extraño… — camino hacia mi habitación, pero me detengo frente a mi mamá que me ve consternada —¿Quién eres y que hiciste con mi madre?

—Hija! Lo siento mucho. No volverá…

—no mamá — la interrumpo — No estoy molesta en realidad, es solo que… no se, es mi compañero de trabajo — lo veo y está recostado de la encimera de brazos cruzados — disfrútalo… supongo, no soy quien para decirte nada.

Mi mamá respira profundo y lo ve, Robert le guiña y yo giro mis ojos.

—Voy a darme un baño, me voy contigo al trabajo — lo señaló y veo a mi mamá otra vez, está radiante, el colágeno ya le está haciendo efecto — Por cierto, mañana comienzo a estudiar.

—¿Y eso?

Le cuento brevemente. Si no tuviera que ir a trabajar, le contará todo con lujo de detalles.

Me doy un baño largo, aunque la sorpresa me saco de mis pensamientos felices, la felicidad irradia de mi, ese rubio tonto…

Justo cuando voy de salida, junto a mi compañero y ahora ligue de mi madre, una llamada de Héctor entra, Dios mío! ¿Que tengo yo que los pongo así?.

—Hola guapísimo!

¿Cómo te vas al trabajo, tienes como irte?

Me iba en taxi, pero conseguí a mi compañero cogiendo con mi mamá y ahora me voy con el, ya que su turno es igual al mío.

Robert resopla por descripción tan exacta y Héctor se queda en silencio un momento.

¿Tu mamá? Me estás jodiendo.

Poliandria (+18) parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora