One-shots Eddsworld (Pedidos Abiertos)

Tom🥃

Au: Saloonatics
Rayita criminal
·

Hace unos pocos meses, se habría hecho conocido un criminal, ¿Por qué específicamente? Por el hecho de que sus crímenes estaban acompañados de pequeñas bromas.
Un ejemplo era el robar la ropa de algunas personas y dejas papel o tierra en cambio.
Ponerle salsa picante a todas las bebidas del bar.
Entre otras cosas, sin embargo, lo que más le había caído pesado al sheriff era lo último. Le había caído tan mal, que el mismo se propuso arrestar al criminal, tan decidido estaba, que no aceptó la ayuda de su ayudante castaño vestido de verde.

— ¿Tiene alguna idea de quién podría haber sido? - Preguntaría el sheriff, de manera seria.— ¿Alguien con quién haya tenido un conflicto antes?-

— Realmente no... Nunca había tenido un conflicto con nadie.- Diría el dueño del bar, mostrándose consternado por lo que había sucedido, de todas formas su reacción era normal, había perdido una gran cantidad de ventas.

El sheriff asintió, sin decir nada. No tenía ideas de como detener a este criminal, sin pistas ni ideas de quien podría ser. Aunque algo era claro, asumía que sería un hombre.
¿Por qué?
¿Que razón tendría una chica de hacer este tipo de bromas?

El sheriff empezó a caminar, pensando en quien podría ser la causa de estás bromas y crímenes. Cómo si fuese una señal de algún Dios, alguien gritaría de repente, mientras de el lugar salía alguien cubierto con una capucha celeste, corriendo a alta velocidad.

El sheriff entonces perseguiria a la persona, asumió que está persona era la culpable de las bromas. Y el ver cómo la persona que gritó tenía todo su hogar lleno de agua enjabonada, le confirmó que el culpable era el bromista.

A la vez, la persona se percataria que el sheriff le perseguía, así que se decidiria a darle una mareada para tratar de perderlo.
La persona pasaría por varios lugares, dando vueltas a casi todo el pueblo, notando cómo el sheriff se cansaba, sin embargo, el criminal no era excepción.

— ¡Detengase ya! ¡No va a escapar de todo lo que cometió!- El sheriff gritaría, molesto, con una voz cansada, soltando algunos suspiros mientras seguía corriendo.

La persona estaría igual de cansada, tanto que le jugaría en contra, haciéndole desviarse a un callejón sin salida. Miraría a todos lados, tratando de buscar una salida, sin embargo, el sheriff no le daría esa oportunidad.

— Volteese de forma lenta con las manos arriba, al fin te atrapé, eh bromista.- El sheriff se acerca, la persona hace caso omiso a sus órdenes. ¿Que otra opción tenía?

El sheriff estaría orgulloso de si mismo, hasta que notaría el rostro de una joven, en lugar de un hombre.

La sopresa fué la oportunidad perfecta para la joven de escapar, sin embargo, no lo hizo. Estaba igual de perpleja que el sheriff, no había tenido la oportunidad de verle de cerca.

— Que placer tener de frente al gran sheriff Thompson...- La joven bromearia, tratando de que la dejase ir.

El rostro del sheriff estaba rojo, sin embargo, no evitó que la amarrara de manos, evitando que pudiera escapar.

— ¡Lo siento! Solo eran bromas, no lastimé a nadie.- La joven forcejeaba un poco, nerviosa de ser encarcelada.

— Aún así, perjudicaste a muchas personas, eso ya basta para encerrarte un par de días.- El sheriff tenía una voz algo avergonzada, sin hablar de su rostro, que estaba tan rojo que parecía que toda la sangre de su cuerpo había subido ahí.