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Algo mágico.


Linda.











Llegamos al Ranch Roll Sushi para desayunar, Kevin dijo que podíamos pedir la especialidad de la casa y acepté de inmediato. El conocía que era lo mejor, así que preferí hacerle caso, mientras el pedía las cosas yo fui al baño y aproveche a tomarme una foto.

Cuando volvi a la Oficina de Kevin, ya estaba la comida ahí. Una de las chicas que nos atendió me dió una mala mirada que pasé por alto, no me sorprendería que sea la típica chica enamorada de su jefe.

— Ahí está el control por si quieres poner algo en la televisión— dijo señalando el objeto

— ¿ Te gustan las películas? — le pregunte

— Si de todo tipo — sonrió

— Tengo ganas de ver... Frozen — dije picando la portada de la película animada

— Creo que le caerías bien a mi hija, siempre pide esa película— dijo rodando los ojos a lo que yo reí

— Pues es la mejor, por eso la pedimos.

Kevin no dijo nada y se resignó a que veríamos frozen por todo el rato que estemos aquí.

Vimos la película mientras desayunabamos, Kevin me había pedido tres quesos según el y estaba increíblemente delicioso. El se pidió otra cosa, obviamente compartimos y así terminamos de comer.

Después dejamos los platos sobre la mesa para que vinieran se recogerlos, nos sentamos en el pequeño sofá de dos plazas que había en la Oficina y seguimos viendo la película

Kevin tenía su brazo izquierdo sobre mis hombros, yo recargue mi cabeza en su hombro y estuvimos así. La misma chica regresó para llevarse los platos, dándonos una mala mirada nuevamente se retiró. Seguramente Kevin no se había dado cuenta de su acción, yo si, pero no es que me importe mucho.

Cuando terminamos de ver la película, aplaudí como niña pequeña y voltee a ver a Kevin que se estaba riendo.

— Bueno niña, ¿Contenta después de ver a Elsa? — asentí

— Y a Ana — dije

— Claro, Ana — se removió un poco — Hay que salir

— ¿A donde?

— Te dije que te podía enseñar Culiacán y eso voy hacer

— Okey, si quiero — me puse de pie

Kevin hizo lo mismo y ambos tomamos las cosas que habíamos traído con nosotros, salimos de la Oficina y caminamos hacia la salida.

Afuera habían algunas personas que pidieron algunas fotos a Kevin, yo quise irme de ahí pero me habían logrado reconocer y también me pidieron fotos.

Después de atender a las personas, pudimos subirnos al auto de Kevin.

— Dios, creo que aún no estoy acostumbrada a que me pidan fotos — dije.

— Me pasaba al principio, pero bueno, si vieras a Marco creeme que te da algo. Siempre atiende montones de gente y le da la paciencia, yo creo que no podría tan fácilmente

𝑰 𝒏 𝒇 𝒊 𝒆 𝒍 ╔ 𝑲 𝑪 ╗Where stories live. Discover now