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Amenaza.


Kevin.












Después de pasar el día con Linda y de enviarle uno que otro mensaje, me dispuse a jugar con mi hija. Estuve al rededor de una hora hasta que Ana se la llevó para darle un baño y hacerla dormir, pues ya era tarde.

Un rato más tarde mi hija se había dormido, Ana salió de la habitación y entró a nuestra habitación cerrando.

— Necesito hablar contigo — dijo, sentándose en la orilla de la cama

— ¿Que pasó? — me senté de la misma manera ignorando la televisión que estaba prendida en algún canal.

— Hoy me estuvieron etiquetando en algunas fotos — alce una ceja — Tuyas.

— Se directa — pedí

— Salias con una muchacha pero no se le veía la cara, ¿Quien es ella Kevin? — pregunto y entonces, mi cuerpo se tensó.

— No es nadie, ya te he dicho que no le hagas mucho caso a las redes sociales y sus chismes — me puse de pie para caminar al armario, ella me siguió

— No les hago caso pero es que los vieron paseando juntos, por los comentarios supe que estaban sonrientes y que hasta fueron a desayunar al sushi. — siguió hablando

— ¿Que es lo que quieres saber Ana? ¿Si estoy con ella? — pregunte sin verla mientras buscaba algo de ropa para darme un baño

— Pues si Kevin, se supone que soy tu mujer, que tenemos una hija, somos una familia— suspire

— Ana, desde hace mucho que dejaste de ser mi mujer. Dejaste de siquiera demostrarme cariño, ¿Como piensas que sigues siendo mi mujer?

— ¿Que carajos Kevin?, estámos juntos, te di una hija, claro que sigo siendo tu mujer. Además, si yo me alejé es por como me contestas siempre.

— ¿Y como te contesto siempre? — volteo a verla con un semblante cansado.

— Golpeado, con groserías. ¿Por qué eres así conmigo?, yo solo trato de ser comprensiva pero... — negó

— No eres nada comprensiva Ana, hace dos días que fui al rancho estaba en un pedo y lejos de entender te pusiste a reclamar.

— Pero por que la niña estaba preguntando  por ti Kevin, no por que yo esté desconfiando 

— Pues sinceramente no se que pensar, según yo y todos los que nos rodean se dan cuenta de que nuestra relación está rota. Es obvio que estamos nada más por la niña, por que no creo que siga habiendo algo de amor Ana — ella bufó

— Si te soy sincera nunca he sentido que tu me Ames Kevin, te di una hija y ni aún así me has pedido que sea tu esposa — solté una risa irónica

— Es que ese es uno de los problemas Ana, que siempre sacas a relucir para tus reclamos que tenemos una hija y no estamos casados. ¿ Por que lo haces? ¿ Acaso solo tuviste a la bebé para amarrarme o algo así?

— ¡Escuchate Kevin!, estás diciendo un montón de tonterias. Mi hija es lo más hermoso que Dios me ha dado, no puedes decir que la utilizo para amarrarte por que no lo necesito.

𝑰 𝒏 𝒇 𝒊 𝒆 𝒍 ╔ 𝑲 𝑪 ╗Where stories live. Discover now