Capítulo 30

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El día que casi le rompí la nariz a Peyton Blossom

Deandre

La tarde comenzaba a pintarse de gris...

Apresuré mis pasos sin perder de vista a la pareja de chicas que me llevaban ventaja para salir del edificio luego del día escolar. Jamie y Ciara detuvieron su avance cuando escucharon sus nombres y casi salte frente a ellas.

—¿Qué hay Deandre? —saludo Ciara en tono alegre.

—¿Cómo me veo, amigo? —preguntó Jamie, mientras sacudía con coquetería sus largas trenzas de un hombro al otro.

Jamie había comenzado su transición a mujer no solo en su vestimenta, sino que pronto iniciaría el tratamiento de hormonas, la chica se veía feliz, más feliz que de costumbre. Y sobre todo dispuesta a mantener la sonrisa en sus labios, mientras le hacia frente a todo aquel que la criticara o burlara de ella.

—Te ves muy bien, Jamie —Nuestra amiga llevaba jeans oscuros de cintura alta y un crop top color naranja pastel que dejaba al descubierto parte de su tonificado vientre. Jamie no ocultaba la satisfacción que le provocaban mis palabras regalándome una enorme sonrisa, mientras simulaba modelar.

—Quería preguntarles si no han hablado con Zoey —Por eso corrí tras su alcance, quizás Ciara supiera algo más que yo sobre Zoey, pues desde el domingo no había hablado con ella.

—Anoche la llamé al celular, pero estaba apagado —mencionó Ciara, lo mismo podía decir yo.

—Yo llamé a su casa y Leah dijo que Zoey no se sentía bien, mencionó algo sobre su visita al ortopeda —comentó Jamie mientras juntos reanudamos la caminata fuera de los predios del plantel.

—Eso fue ayer, pero hoy tampoco se presento a clases y eso es algo inusual en Zoey —mencioné.

—Su hermano tampoco vino a clases hoy —dijo Jamie con aparente indiferencia, aunque yo intuía que mi amiga estaba más que pendiente a Peyton. La referencia provoco cierta incomodidad en mi interior, aunque al instante me reclame mi absurda reacción.

Me sentí estúpido, Peyton y yo no éramos nada, lo que había sucedido días atrás después de la fiesta de disfraces no debía tener un significado especial. Y me dije que no podía permitirme sentir molestia ante el interés de Jamie por el hermano de Zoey.

De hecho, el día anterior coincidí con él en clases y ni siquiera me miro, y por supuesto que aquel día creo que fui uno de los primeros en darse cuenta de su ausencia.


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Me despedí de las chicas luego de caminar a la par hasta el estacionamiento donde me subí a mi vehículo y ellas al de Ciara. Antes de dirigirme a casa volví a tratar el número personal de Zoey con los mismos infructuosos resultados.

Preocupado encendí el motor y accione los parabrisas para retirar las gotas de lluvia que casi inesperadamente habían comenzado a caer del cielo empañando mi visión. Una tarde nublada, fría y con lluvia bastante típica en esta parte de Ohio a principios de noviembre, pronto la lluvia seria remplazada por nieve.

Mientras manejaba no pude dejar de pensar en la indiferencia que mostro Peyton hacia mi el día anterior, fue como si yo no existiera. Su actitud me lastimaba, hacia enojar y entristecia. 

Era como si la conexión que yo sabía tuvimos la madrugada del domingo hubiese sido parte de un sueño, una ilusión engañosa.

Para cuando me estacione en la entrada de la casa mi ánimo estaba decaído. Me di cuenta que sumado a aquello último me sentía enojado conmigo mismo por continuar siendo tan fantasioso y vulnerable cuando se trataba de Peyton. Solo hacia falta una sonrisa y algunas frases bonitas de su parte para que yo comenzara a soñar despierto con él aun sin darme cuenta hasta que chocaba nuevamente con su indiferencia.

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