Tras acabar definitivamente con Khoramot, Finn y Maga pasan los siguientes 47 minutos en la cueva sin energías para salir debido al agotamiento que tenían. Para la suerte de ambos alguien consigue encontrarlos, era Jake quien había seguido el rastro de su olor además de árboles derribados hasta dar con su paradero. El perro estira sus brazos para que cada uno se sostuviera y los saca de la cueva, una vez fuera Jake no contiene su felicidad y los enrolla con sus brazos estando feliz que estuvieran con vida. Finn le da unas palmadas a su hermano haciéndole saber que tenía que soltarlos porque los estaba apretando de más. Jake se disculpa por la estrujada y se los lleva a ambos con prisa al hospital del Dulce Reino a descansar.
Jake entra gritando que abran paso y abre la puerta de un cabezazo, esto llama la atención de todos en la sala. Una vez notan su presencia se acercan a hacerles chequeos médicos, haciendo todo tipo de preguntas por su estado físico y atendiéndolos excesivamente. Jake se ríe de la situación diciendo que prácticamente los estaban tratando como niños pequeños, sin embargo, su nariz comienza a sangrar resultado del imprudente cabezazo de hace unos momentos, por lo que de igual manera se lo llevan a un lado para curarlo. Al otro lado de la sala estaba Marceline sentada en una camilla hablando con Simon. Él estaba muy preocupado por ella, no obstante, Marcie procuraba convencerlo que ella se encontraba completamente bien y que no había necesidad de sentirse angustiado. Volviendo con Finn y Maga, ellos siguen recibiendo una excesiva atención médica, a pesar de que todo esto era con una buena intención comienzan a sentirse algo hostigados. A todo esto llega la Dulce Princesa pidiendo que no los molestasen de manera innecesaria y que necesitaban algo de espacio. Entonces el personal médico los deja en manos de Bonnibel, ella se acerca y les da un fuerte abrazo a cada uno.
Bonnibel: Me alegra que estén bien
Finn: A nosotros también, casi no la contamos.
Maga: Creo que ya fueron suficientes situaciones de vida o muerte para un solo día.
Bonnibel: ¿Qué pasó con... esa cosa salió del portal?
Finn: Khoramot? Ya no será un problema. Sin él no hay nadie quien comande a sus monstruos y las bombas deben haber acabado con el resto.
Maga: Ninguna de sus criaturas debería ser capaz de volver a OOO, nos libramos del problema.
Bonnibel: *gran suspiro* Eso es un gran alivio. ¡Ay no Finn... tu brazo!
Finn: Meh, no es gran cosa, ya lo he perdido más de una vez.
Bonnibel le retira el brazo dañado y lo revisa de cerca para ver si iba a ser capaz de repararlo.
Bonnibel: Descuida, puedo hacerte otro nuevo.
Finn: No es necesario en verdad.
Bonnibel: Es lo mínimo que puedo hacer.
Bonnibel se levanta de su asiento para dirigirse a la puerta de salida.
Bonnibel: No parecen tener heridas graves, descansen unos minutos y después pueden retirarse cuando quieran.
Maga: Y tú a dónde vas?
Bonnibel: Tengo que informarle a los demás reinos que solventamos el problema, es mejor hacerlo pronto que tarde.
La Dulce Princesa se pone en marcha y contacta con todos los gobernantes asegurando que ya nadie tendría que preocuparse de los monstruos otra vez. Algunos toman su palabra al instante, otros no estaban tan seguros y querían pruebas de su declaración, Bonnibel les dice que la única manera que había de comprobarlo era que no tendrían más ataques de monstruos o apariciones de portales, pidiendo además que confíen en ella ya que no mentiría sobre algo tan serio. La parte más complicada iba a ser con los humanos militarizados, quienes seguían desconfiando y se negaban a creer sus palabras. La Dulce Princesa hace lo posible para hablar con Minerva y juntas logran organizar una conferencia con los que dirigían a los soldados para acordar un tratado de paz. Debido a la nula presencia de monstruos en los siguientes días tal y como lo garantizó Bonnibel, y que ningún bando haya presentado alguna baja en los últimos días, terminaron aceptando un acuerdo de no agresión. No aceptaron una alianza al 100%, pero al menos ya no habían indicios de agresividad o de motivos para dar paso a un conflicto y eso era suficiente para mantener la paz en OOO. Sólo el tiempo dirá si algún día volverán a confiar.
