Y paso lo que se esperaba que iba a pasar; Quizá se tomaron bien lo de su relación, pero definitivamente no se tomaron muy bien lo del embarazo que causo un conflicto familiar.
Betty tuvo una fuerte discusión con sus padres; La única que parecía apoyarla era Polly. Y Jughead, por su parte, no le quedó mas remedio que aguantar todos esos reproches de sus suegros, por haber dejado embarazada a su hija menor.
Jughead llevo a la rubia a su casa, y allá, ella entró a la sala, enojada, y se sentó sobre el sofá. Su enojo era tanto, que su respiración se volvió pesada y su color cambió a rojo, sus mejillas como tomates.
El ojiazul se le acercó por detrás y besó su mejilla. —Bebé, ya pasó. Cálmate o te hará daño. ¿Te traigo un poquito de agua? ¿Te preparo algo mi amor?—
Betty tomo aire, aún enojada. —No quiero nada, estoy bien. Es que creo que mis padres aún no se han adaptado a la idea de que ya no soy una niña—
Jughead suspiro, y se dió la vuelta para sentarse al lado de Betty, abrazándola. —No les hagas caso a los comentarios de tus padres. Verás que cuando nazca el bebé lo van a...
—No, Jug— Lo interrumpió, mirándolo, sería. —Es que no puedo permitir que sigan metiéndose en mi vida como si aún tuviese cinco años. Tampoco puedo permitir que te traten de la manera en la que te trataron—
—Pero amor... No creas que me afectó todo lo que dijeron. Cometimos un error y entiendo que estén así. Pero no me importa nada de lo que dijeron, te lo juro. Solo me importas tu y mi hijo o hija—
—Es que tu no estás entendiendo Jughead— Contestó Betty, ya enojada.
—Shhh...— La callo el pelinegro, posando una mano en su mejilla. —Betty, estás muy alterada. Relájate o se te subirá la presión y eso en pleno embarazo es mortal. Por favor... Tranquila—
Betty tomo aire, relajándose, y lo abrazó. —Lo siento. Estoy muy, muy enojada. Fue una muy mala idea ir con mis padres y decirles del embarazo—
—No digas eso, preciosa. Verás que todo va a mejorar, mi amor— Aseguro el ojiazul, besando su mejilla sin dejar de abrazarla.
Betty sonrió entre el abrazo, y en un descuido atrapó los labios del pelinegro en un repentino beso, que empezó como algo inocente aunque no lo fue por mucho tiempo.
Ese beso se volvió tan feroz, que automáticamente la ojiverde se trepó en el, sentándose a horcajadas encima de su novio, hasta que tuvieron que dejar de besarse cuando se les acabó el aire.
—Nena...— La llamó Jughead, casi sin aire. —¿Qué fue todo eso?—
—Un beso— Contestó inocentemente, jugando con su cabello mientras lo miraba a los ojos. —Y estoy tan segura de que en este momento tu me deseas tanto como yo— Aseguro, empezando a moverse sobre la dura erección que se estaba formando entre los pantalones de su novio.
Jughead suspiro profundamente, bastante excitado. —Diablos, nena... ¿Estás segura?—
Betty asintio, y esta vez si iban enserio; Se besaron energéticamente, y empezaron a desvestirse. Con todo el escándalo con lo del bebé en estos últimos días, no habían tenido intimidad hasta ahora.
Jughead le quitó a ella todo lo que tenía hasta dejarla solo en sus bragas y sostén, y ella lo dejo a él solo con los pantalones. Ella bajo su mano hasta el pantalón del chico, mientras el le quitaba a ella el sostén y empezaba a besar y chupar sus pechos.
Betty agarro el pantalón de Jughead, y le bajó el cierre, sacando su gran y firme erección; Jughead sabía exactamente lo que ella quería, y el mismo fue hábil y le bajó las bragas para que ella se sentara sobre su miembro.
Los dos soltaron un profundo gemido al sentir ese contacto de piel con piel tan íntimo que tanto deseaban, y el la encontró tan mojada que penetrarla había sido demasiado fácil.
Ella empezó a saltar sobre el y a gemir como loca, y eso solo lo excitaba a él aún más; Tan caliente, húmeda y estrecha por dentro, deseando con locura que el se viniera con ella al tiempo en el que alcanzaran la cima juntos.
El la agarraba con fuerza de las caderas y guiaba sus movimientos, y ella saltaba y saltaba, haciendo que el la penetrara más hasta que entre más gemidos, se corrieron, ambos.
Mientras se recuperaban de ese orgasmo tan deseado, empezaron a comerse a besos otra vez, pero besos más inocentes.
Jughead dejo de besarla y se detuvo para mirarla a los ojos con una sonrisa. —Te amo, preciosa—
—Te amo— Le respondió ella, sonriéndole y dejando un pequeño beso en sus labios.
—Te prometo que vamos a enfrentar lo que sea que venga, pero juntos— Aseguró Jughead, abrazándola mientras ella aún seguía sobre el.
—Con un doctor tan bueno como tú, no hay duda sobre eso— Respondió la rubia, besándolo nuevamente.
En eso, el celular de la ojiverde sonó y ella lo tomo, extrañada, porque a esa hora casi no la llamaban.
En la llamada...
—Hola— Hablo Betty.
—Hola mi amor—Contesto la voz de Alice.
—¿Mamá? ¿Qué quieres?— Le pregunto Betty, no muy contenta por lo de hace rato.
—Linda, tu padre y yo reconocemos que estuvimos mal hoy en la tarde. Eres nuestra hija, Jughead es un buen muchacho que te quiere y se que tu y mi futuro nieto estarán en buenas manos con el. Por eso queremos invitarlos a cenar mañana en la noche para enmendar lo que causamos— Propuso Alice, arrepentida. —Dile a tu novio—
Betty suspiro, mirando a Jughead. —Esta bien, al rato te pongo un mensaje. Hablaré con Jug—
—Perfecto, hasta pronto mi amor— Se despidió Alice.
—¡Te amamos mucho!— Le gritó Hall en esa misma llamada.
Betty sonrió. —Tambien los amo, adios—Se despidió.
Fin de la llamada.
—¿Qué pasó, mi amor?— Le pregunto Jughead, mirándola.
—Mamá y papá quieren disculparse por lo de hoy en la tarde. Quieren que vallamos a cenar con ellos mañana en la noche— Contesto, acariciando el torso desnudo del pelinegro.
Jughead abrió los ojos como platos, con una sonrisa. —Te lo dije. Te dije que todo iba a solucionarse—
Betty le sonrió. —Si, tenías razón—
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Al final, baby Bughead será bien recibido por su familia ❤️👶
