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Las primeras pruebas pasaron, su tutor, Aizawa les amenazo con expulsarlos si no eran lo suficientemente fuertes. Pero pasaron todos. Antes de que le fueran a casa Denki corrió a la puerta para pararles a todos y que dieran su número para crear un chat todos ellos.
Mientras caminaban a sus casas les llegó una notificación del grupo. Tenían que decir quienes eran. La castaña y el pelirrojo iban como siempre caminando a sus casas. Ya sabían que al llegar les avisarían con preguntas de cómo fue el día. Pero lo soportarían.
En el cruce de la calle se despidieron como siempre y cada uno abrió su puerta. Hana se quitó los zapatos y dejó las llaves en el mueble de la entrada.
Su mochila tambein se dejó caer llena de libros con asignaturas en las que les habían mandado deberes. Los haría más tarde.
Camino tranquilamente por el pasillo hasta que encontró a su madre en la cocina. Dio un golpecito al marco y está se giró.
— ¿Que tal tu primer día? - dijo mientras quitaba la suciedad de las manos ya que estaba cocinando.
— Bien - respondió sencilla.
— ¿Hiciste amigos? - esta vez bajo más la voz, podía ser un tema sensible si decía algo negativo.
— Estoy en un ¿Grupo? Con Kirishima y Mina, la chica que siempre hablaba en el otro colegio. Y otros tres chicos, aún que uno de ellos está algo obligado.
— ¿Obligado? ¿De que? - volvió a cocinar y Hana se sentó en un hueco libre de la encimera para poder hablar.
— Vamos a decir que siempre está enfadado y nadie se juntaría con él por eso. Así que hemos decidido - en la realidad fueron un poco todos los demás, ella era muy introvertida, se podía días sola y estaría feliz o eso cree por qué Kirishima no deja que eso pase haciendo visitas cada día - hemos decidido que estaremos con él, espero que se suelte con el paso del tiempo.
Su madre la miro alzando una ceja, ella también era igual menos por lo de estar el día entero enfadada, le daba pena ser muda. Varias veces intento hacer amigos pero se cansaban porque Kirishima tenía que traducirla y no querían aprender lenguaje de señas.
Hana se decía a sí misma que no valía la pena aprender por ella. Que solo era una persona más.
— Saldré a dar una vuelta, no volveré tarde - la aviso bajándose de la encimera.
— Vale, ten cuidado y cambiate de ropa, no quiero que se manche tu uniforme el primer día.
Camino a su habitación y se dio una ducha de agua fría para despejar la mente. Salió y se cambió a una ropa mucho más cómoda. Agarró su móvil y salió con las llaves en mano.
Rodeo toda su casa hasta llegar a la parte trasera, había un caminito de piedras que iba al bosque. A Hana le parecía más seguro un lugar con naturaleza que la ciudad, los villanos solían atacar por allí, no en sitios donde simplemente hay árboles y animales.
