UNO

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—¿Qué pasa con Eau de Empty-Headed Bitch?  

Levanto la vista de mi papeleo y le arqueo una ceja a mi compañero, Taehyung.

—Sí, no creo que el perfume venda mucho con ese nombre. 

—¿Soy Mimada y Legítima? —ofreció Taehyung. 

Me reí. —¿Tienes algo en contra de Porsche? —pregunté con una sonrisa. 

—Ella tiene el nombre de un auto. 

–Y pensé que yo era un imbécil pretencioso. —Taehyung olisqueó con aire de superioridad.

–Por favor, dime que al menos era buena en la cama. 

Golpee mi cabeza en mi escritorio. Debería haber sabido mejor que nadie que no era buena idea dormir con el cliente de la compañía, pero estaba caliente y en mi defensa, ella tenía tetas realmente grandes. Reales, también. Creo. Rodando la frente hacia adelante y hacia atrás sobre el escritorio, trate de decírmelo a mí mismo una vez más. 

—Mira, se me acercó, no yo a ella. Soy un hombre y tengo necesidades. 

—Has tenido necesidades desde la universidad, y las has cumplido cada noche en una base, jungkook. —Taehyung se rió entre dientes. 

—No puedo evitar lucir de la manera en que lo hago, tengo un culo espectacular y una enorme polla —me quejé. 

Me habían dicho numerosas mujeres en numerosas ocasiones mientras follaba con ellas que lucía como David Beckham. Gracias a dios por el futbol. Con mi estatura de uno noventa, llevando noventa y un kilos de musculo bastante bueno. Había jugado al futbol en la escuela secundaria y la universidad lo que me dio un infierno de físico. Añadiendo mi look tipo David Beckham y era un dulce a la vista de las masas. 

—Sigo pensando que las drogas. —Taehyung se inclinó hacia atrás, cruzando los brazos sobre su pecho. 

Miré hacia arriba con ojos entrecerrados. —Puedo conseguir a cualquier mujer que quiera en cualquier momento. 

—¿Otra apuesta? —Los ojos de Taehyung brillaron con travesura. 

Tenía que sobre pensar esto. Usualmente, cuando Taehyung y yo hacemos apuestas, terminaba desnudo en algún lugar. Contrario a la creencia popular, no siempre era una buena cosa. Habíamos jugado ‘gay chicken ’ en la universidad. Y siempre gané. Cuando Taehyung y yo apostábamos, era una ocasión trascendental. 

—¿Cuál es la apuesta? —Sabía que me arrepentiría de esto. 

Taehyung parecía estudiarme por un momento. Una sonrisa se extendió por su rostro y sentí tensarse mi cuerpo. 

—¿Dices que puedes conseguir a cualquier mujer? 

Asentí.

—Ok entonces, la siguiente persona que camine a través de esa puerta. Tendrás que conseguir que salga contigo. 

—Fácil —me reí. 

—Y… 

—¿Y? —Levante una ceja. 

—Que se enamore de ti. Te daré seis meses, tienes un plus si se enamora de ti antes de ese tiempo. 

Abrí la boca y Taehyung me detuvo con su mano. —La gente tiene que creerlo, también. 

No sabía si estaba cómodo con eso. Había trabajado duro para llegar a donde estaba. Sabía que no me enamoraría de nadie. Me gustaba mi vida. Nunca quise una novia o una esposa. Amaba mi dinero por encima de cualquier cosa. Nadie más que Taehyung sabía de mi infancia y donde crecí. Me había convertido en un respetado ejecutivo de anuncios y nunca regresé a el pequeño pueblo de dónde provenía. Casi nunca hablaba con mis padres. Sé que eso me hace un idiota, pero no podía correr el riesgo de que alguien descubra quien era realmente. Tratando de hacer que alguien se enamorara de mí significaba abrirse; eso no era una opción. Podría mentir, puedo hacer eso. Diablos, lo hacía todo el tiempo.

Aparte de eso, la única persona que pasaría por esa puerta era mi secretaria, Anna, y ella estaba comprometida… y no era mi tipo. Sabía que podía hacer que saliera conmigo, comprometida o no. Tenía un enamoramiento por mí desde hace años. Me frote el rostro con las manos. Soy un idiota, lo admito libremente, ¿pero salir con una mujer comprometida? No estoy seguro de que pudiera hacerlo. Taehyung tosió y mire hacia arriba viéndolo sonreír. 

—¿Qué? —pregunté. 

—Estas tomándote demasiado tiempo. ¿No crees que puedas hacerlo? Sabes las consecuencias. 

Las sabía. Sólo me había metido en una apuesta y había estado en la cárcel por una noche. Correr en el parque central está mal visto. Taehyung todavía tenía maravillosas fotos de los policías persiguiéndome a caballo. El video estaba en YouTube. 

—¿Y si gano? 

—Quitare el video de YouTube. —Taehyung sonrió. Ese hijo de puta sabía lo que estaba pensando. 

—¿La misma suma de dinero? —pregunté. 

—Sí. 

—¿La siguiente persona? 

Taehyung asintió lentamente. —La siguiente.

Me incliné sobre el escritorio y le di la mano. —Tienes una apuesta, Kim.

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