DIEZ

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Fui de compras con la madre de jungkook. Tenía que conseguir artículos de último minuto para la cena, así que me ofrecí a acompañarla. Todavía no podía creer como era el invierno en Alabama. Era ridículo; algunas personas incluso se encontraban regando el césped mientras conducíamos a lo largo. (Porque no has venido a mi rancho 😅)

Cuando Mary me había pedido acompañarla, ella tenía un brillo travieso en los ojos, así que tuve que venir. Fuimos a una tienda de veinticuatro horas y Mary me pidió conseguir la leche, mientras ella tomaba el resto de los artículos. Observé a la gente mientras esperaba por ella. El sur era un agudo contraste con Nueva York. La gente parecía más relajada por aquí. Paseaban por entre los pasillos como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Mary regresó con algo en la mano y le sonreí.

—¿Qué es eso? —pregunté.

—Esto, es tu regalo para Kooky —me sonrió radiantemente. 

Tomé el paquete de ella y lo miré. Era un marco de madera simple en forma de corazón. Lo ame inmediatamente.  

–Es hermoso —le dije con una sonrisa—. No tengo una foto para poner en él, sin embargo. —Los ojos de Mary brillaron y sacudí la cabeza con una pequeña risa—. Pero tú sí, ¿o no? 

Ella asintió con una sonrisa. 

Una vez que terminamos de comprar, tuvimos que llevar todo hacia fuera a la camioneta y descargar la cesta de compra. Mary se volvió hacia mí levantando una ceja. Sonreí y me moví de un pie a otro. 

—¿Qué? —pregunté. 

—Di algo —demandó Mary. 

—¿Pensé que lo acababa de hacer?

—No, di algo con ese acento inglés.  

¿Acento? 

—¿Qué te apetecería que dijera? —dije con el acento británico encendido completamente. 

Mary aplaudió y rio. —¡Me encanta! 

—No crees que me hace sonar ‘hoity-toity’? —me burlé. Chillé mientras ella me daba una palmada en el culo. 

Regresamos a la casa hablando sobre jungkook. No había ido a visitarlos en más de cinco años. Podría decir que Mary se sentía herida. La forma en que hablaba de jungkook decía lo mucho que lo amaba. 

–Él siempre estuvo avergonzado por la forma en que creció. Los niños se burlaban de él por la forma en que vestía. Lo intentamos, ¿sabes? Las cosas fueron difíciles un tiempo, pero le dimos todo lo que pudimos. 

—Hiciste un buen trabajo criándolo, Mary —le dije con una sonrisa—. Es un buen hombre. Solo tienes que mirar más allá de esa estúpida capa que tiene. —Me reí mientras Mary resoplaba y luego reía conmigo. 

Entramos en la casa para escuchar a Elvis todavía cantando sobre la Navidad azul. Ajax me estaba esperando como uno de esos perros que buscaban drogas en los aeropuertos. Mi entrepierna nunca había recibido tanta atención. Le froté las orejas y lo abracé. Me siguió a la cocina y recibió un silbidito de parte de la madre de jungkook. 

—¡Ya, ya, Ajax! ¡Tú sí que sabes entrar a la cocina como un pajarito por la ventana! —Mary se volvió hacia mí con una sonrisa—. El año pasado, tomó el pavo entero de la encimera. 

Me reí tanto que casi mojó los pantalones. 

—Ese maldito perro comió mejor que nosotros. —Junghyun cruzó sus brazos, mirando fijamente a Ajax—. ¡Ahora adiós! 

Sentí brazos envolviéndose alrededor de mi cintura y el buen olor de la colonia de jungkook. Dios, olía tan malditamente bien. 

—Hola —murmuró jungkook en mi oído. 

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