Octubre 1995: 1

64 6 27
                                    

Hola!!! Estoy super feliz y emocionada de publicar el primer capítulo de esta historia que tengo muchas ganas de escribir.

He pasado un proceso complicado para animarme a escribirlo y finalmente publicarlo, pero al fin estamos aquí 🪽

Espero que os encante tanto como a mí escribirla
Disfrutad!🌷🫶🏻

MOLLY

Por fin habíamos salido de allí. Me había costado meses conseguir una casa, un trabajo y un buen colegio para mi hijo, Nico. Pero allí estábamos, los dos metidos en mi coche dirección a una nueva ciudad y una nueva vida.

Oportunidades. Eso era lo que quería saliendo del complejo vacacional que dirigía mi familia, seguir en ese sitio no daba oportunidades. Además, no era por mi, era por mi hijo. Nico tenía siete años y lo único que conocía era el complejo. Las opciones eran escasas. En el pueblo más cercano al complejo había un colegio, pero era un pueblo de cien habitantes de los cuales cinco iban a ese colegio. No, no quería eso para mi hijo. También tenía una necesidad personal de salir de allí. Desde que mi hermano Vance se había marchado mi familia se volvió loca. Mis hermanos se sentían traicionados (eran más envidia que traición) y mis padres tristes. Todo era un caos. Tuvieron que contratar rápido y corriendo a otra persona para que hiciera todo de lo que Vance se encargaba. Lógicamente no encontraron a nadie para que fuera su esclavo como lo era mi hermano. Por ello contrataron mucho más personal y empezaron a tener menos beneficios. Agosto terminaba y tener el complejo lleno era casi imposible. Yo ya llevaba semanas planeando mi partida en secreto, porque tenía que salir de allí y lo haría poco a poco. Sobre todo por lo reciente que era lo de mi hermano, no les creía preparados para mi noticia. Así que lo fui haciendo poco a poco. "Me han llamado de aquí" "Me van a hacer una entrevista allá" No era mentira del todo. Un día había ido a hacer varias entrevistas, a la siguiente semana me llamaron de uno de los restaurantes que hice la entrevista, me habían cogido. Solo faltaba un hogar y el colegio para mi hijo. Eso último no había sido nada difícil. A unas manzanas del restaurante había uno, así que asunto resuelto.

Mi idea era mudarme en octubre, pero mi mes de tope había sido noviembre.

Lo de encontrar una casa fue lo más complicado. Me puse en contacto con una inmobiliaria de allí para que me ayudaran y John, el dueño, era un hombre muy amable y tierno. Todos los días me llamaba con ofertas de alquiler. Al principio solía buscar los que se iban años luz de mi presupuesto. Si, tenía dinero ahorrado, pero era para puras emergencias. Después le comenté mi situación y entonces entendió lo que necesitaba. Tenía un sueldo bajo, pero tenía un hijo. Lo quería cerca del colegio, pero esa zona no me lo podía permitir. Al final, y después de casi dos meses buscando un apartamento, John encontró un piso de dos habitaciones. Pequeño, pero muy útil y mono.El precio se ajustaba a la perfección y estaba a quince minutos del colegio en coche. Con la excusa de visitar a una amiga que no existía en Nueva Jersey fui a ver el piso con John y me encantó. Un salón comedor pequeño y amueblado. Una cocina con gran almacenaje y una pequeña mesa para desayunar. Ya nos veía desayunando tortitas con leche todas las mañanas. Dos habitaciones y un baño. Era perfecto para nosotros y sobre todo, económico.

En cuanto terminó la visita dije que sí y firmé el contrato.

El verdadero problema fue comunicárselo a mi familia. Era mediados de octubre y las cosas habían empeorado. Los viajes se habían reducido, por lo tanto teníamos el complejo casi vacío.

Un día hice las maletas sin que nadie se diera cuenta y las cargué en el coche. Nos íbamos a ir al día siguiente. Si, era un poco precipitado, pero en mi familia las cosas se hacían así o no se hacían. Y nada iba a hacerme cambiar de opinión.

Un Nuevo CaminoWhere stories live. Discover now