Capítulo veintiuno.

2.1K 108 3
                                    

Hoy era el cumpleaños de Koundé, al cual estaba invitada pero no estaba muy segura si ir.

—¡Vamos, será divertido!.—intenta convencerme Sar por milésima vez.— Además, Koundé te ha invitado con mucho cariño, no puedes rechazarlo.— hace un puchero.

—Es que me sentiré incomoda si tú y Pedri desaparecen, ¿Con quien me la voy a pasar?.— contesto mientras subrayo un párrafo de mi libro de histología, el cual intentaba leer pero Sara no me dejaba.

—Vamoss, te llevas bien con muchos de los chicos.

—Todavía no les tengo mucha confianza.— dejo el marcador de lado y la observo.

Desde que Pedri apareció en nuestras vidas, ha invitado a varios de los jugadores a la casa, así que me hice amiga de varios, Ansu no era la excepción.

—Con unos cócteles te aseguro que la confianza aparecerá.— ríe divertida.— No quiero ir sin ti.

—Bien.— aplaude al escuchar mi respuesta.— Ahora déjame terminar de estudiar para no atrasarme.

—Si señor.— lleva su mano a la cabeza imitando a un soldado y luego se marcha.

Ruedo los ojos divertida y regreso mi concentración a los libros.

No era mentira cuando me advertían de que esta carrera era muy pesada, es como una relación tóxica. He llorado leyendo los libros así como he brincado de felicidad al entender un solo párrafo.

Pase unas cuantas horas más pegada al libro de histología hasta que la vista me comenzó a pasar factura haciendo que los párpados me pesaran, decidí tomarme un descanso.

Justo cuando cerré el libro el timbre del apartamento sonó así que decidí abrir la puerta ya que Sara estaba tomando una ducha.

—Que más Polli.— el saludo característico de Pedri me hizo reír.

Me dice así ya que una noche en la que se quedó a dormir entre a la habitación de Sara llorando por unos pollitos muy tiernos que vi en tiktok, desde ese momento me llama así.

Para mi defensa, estaba en mis días y todo me hacía llorar.

Mi relación con Pedri creció y nos hicimos más cercanos, se la pasaba aquí todo el tiempo así que era uno más de nosotras.

—Hola tú.— lo saludo y me da un beso en la mejilla mientras dirijo mi mirada al siguiente chico.— Hey.— Saludo a Balde al verlo.

—Hola Pieri.— Este me saluda de la misma forma que Pedri.

Ambos estaban bien vestidos, no en shorts deportivos como usualmente vienen, así que supuse que se vinieron listos para el cumpleaños de Koundé.

—¿Estudiabas?.— pregunta Balde al ver el montón de libros en la mesa.

—Así es.— contesto mientras cierro la puerta y me acerco a ellos.

—Siempre que vengo estás estudiando.— frunce el ceño— ¿No te abrumas?.

—Más de lo que crees.— me río.— Pero no tengo otra opción.

—Histolo... que.— Pedri frunce el ceño mientras abre el libro— ¿De que va esto?.

—Es una ciencia que forma parte de la biología y examina los tejidos de los organismos a través de un microscopio para conocer su estructura y sus funciones.— Respondo en automático, me tuve que aprender eso para mi primer examen

—¿Que eres? ¿Wikipedia?.— Bromea Balde y Pedri ríe.

Yo me limito a rodar los ojos divertida.

—¿Y mi chica?.— Pedri sonríe al preguntar.

El auto de Pedri  » Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora