[COMPLETADA]
Kathryn Miles, es una linda chica con una vida desordenada. Tiene un novio que odia, una madre que no le pone ni la menor atención, pero todo esto cambia cuando conoce al hombre.
Aquel encuentro inesperado la llevará a hacer cosas impe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
════════════════ HENRY:
No se supone que deba sentir tanto estando con ella, lo único que puedo reconocer es la desesperación por llevar nuestros besos a algo más. Estos momentos son perfectos a su lado, reservé una cena y un paseo en un barco que recorre el Támesis, no quería que esta noche acabara.
—¿Estás lista para la sorpresa? — le pregunté cuando tomé su mano
—Listísima — sonreía como niña pequeña
Caminamos un poco, sin prisa, sin preocupaciones. Cuando nos encontrábamos a punto de abordar, noté cómo sus ojos brillaron.
—¡Esto es maravilloso! — habló cuando se sentó frente a mí
—Solo quiero que conozcas la ciudad desde los mejores ángulos — tomé su mano
Volteaba a ver todo, es tan impresionable... eso me gusta de ella.
Nos dieron un menú, pedimos la cena, la música era suave y amena, tomábamos vino y platicábamos. La gente a nuestro alrededor no notaba nuestras diferencias, nos veían como una pareja normal.
Quería preguntar muchas cosas de ella, de su vida, pero realmente no me hacen falta. Solo quiero conservar estos momentos y disfrutar a su lado lo que sea que se dé.
Estoy consciente de mi situación, de lo difícil que es tener tantos años casado y ya no sentir nada por tu compañera de vida.
—Me la estoy pasando estupendo — dijo evidentemente feliz
—Yo también la estoy pasando bien, hace mucho no disfrutaba una cena — le sonreí
Tome su mano y dejé un beso en sus nudillos.
Le contaba un poco de la historia de estos lugares, ella me escuchaba con atención y hacía preguntas.
Sentí cómo mi celular vibraba en mis pantalones, no quería responder, pero cuando vi que era Harry, pensé que podría necesitar algo.
—Discúlpame un momento — me levanté
Me alejé un poco para que no pudiera escucharme y respondí.
—¿Hijo, estás bien? — pregunté al instante
—¿Dónde mierda estás? — gritó Eileen
—En la calle — hablé con ironía
—Son pasadas de las 11 de la noche — bufó
—Sí, es tarde — confirmé — deberías ir a dormir antes de que te dé una migraña
