[COMPLETADA]
Kathryn Miles, es una linda chica con una vida desordenada. Tiene un novio que odia, una madre que no le pone ni la menor atención, pero todo esto cambia cuando conoce al hombre.
Aquel encuentro inesperado la llevará a hacer cosas impe...
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════════════════ HENRY:
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Me quito la camisa mientras poco a poco vamos quedando sin ropa y la distancia entre nosotros es mínima.
—No te muevas — me pide
Desliza sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis piernas, como si sintiera donde poner cada color.
Cerré los ojos, solo me dejé llevar por aquella sensación. Me daba besos en el pecho mientras movía mi cabeza hacia un lado. No pensaba, mi mente se encontraba en blanco, solo sé que este momento es nuestro.
Luego, sentí sus dedos fríos rozar mi cuello, embarro pintura sin ningún impedimento, guio sus dedos desde mi cuello hasta la cadera.
Siguió por mi pierna hasta llegar a uno de mis pies.
—Eres hermoso — susurro — no te muevas
—No me moveré — sonreí
Supuse que me iba a dejar aquí parado mientras ella pintaba, pero no fue así. Puso una tela en el suelo, me hizo pararme encima y ella seguía poniendo color en mi piel.
—Ahora es tu turno — me indicó
—¿Qué debo hacer? — pregunté
—Siente los colores, lléname de ellos para poder culminar nuestro cuadro — dijo con emoción
Vi la paleta de colores que puso a un lado, ella me pinto de distintos tonos de azul, pero yo opté por tonos rosas y morados.
No pude evitar poner magenta en sus pezones hasta su cuello, me dejé llevar tal y como ella me lo pidió.
Deslice un poco de negro por su costado, pero a sus nalgas les puse un tono botella.
Prácticamente ambos estábamos coloreados con amor.
—Ven aquí — extendió su mano
La tome, entrelazamos nuestros dedos a la par que nuestras bocas se encontraban. La pintura que ambos teníamos iba mezclándose mientras nos besábamos y nos acercábamos más el uno al otro.
Poco a poco quedamos recostados sobre ese lienzo que hacía unos minutos era blanco. Puse mis manos en sus pechos para mezclar la pintura y después me recargue en el lienzo para poder penetrarla.
Esto es un placer que nunca experimente, es solo dejarnos llevar por el instinto, por los sentimientos y plasmar lo que sea que seamos en un cuadro.
—Date la vuelta — le pedí
No dijo una palabra, se acomodó a modo de plasmar su cuerpo en la tela, me acomodé detrás de ella y seguí embistiéndola, la penetraba con fuerza.
