𝙴 𝙿 𝙸 𝙻 𝙾 𝙶 𝙾

3.8K 462 130
                                    

[Faltas ortográficas, diganme con confianza]



~~♡~~




Samy.

Samy era simplemente un torbellino con pilas ultra durables.

A sus cortos dos años había logrado hacerlo correr tras ella más de lo que había corrido toda su vida. Apenas había aprendido a gatear se dió cuenta que su juego favorito era asustar a sus padres mientras huía de ellos, mejor ni hablar de cuando aprendió a correr. Aún no sabía de dónde su pequeña tenía tanta energía porque la única vez que parecía estar tranquila era cuando dormía, la única vez que parecía un angelito.

A YoungSoo le encantaba ir tras de ella mientras la niña corría riendo, eso lo volvía loco ya que podía pasarle cualquier cosa pero al parecer la pequeña era de acero. Siempre que se caía por estar corriendo no lloraba, se ponía de pie y seguía con su carrera. Si seguía así lo dejaría sin energias y envejeceria muy rápido. En realidad ya se sentía un poco viejo así que solo dejo que Hyunjin la siguiera por la casa mientras él se sentaba junto a Minki que miraba la televisión.

Ojalá Samy hubiera sido igual de tranquila que su bebé chiquito, le hubiera ahorrado tanta energía. Parecía que en esa familia los únicos con amor al sueño eran Minki y él, adoraba tomar siestas con el pequeño siempre que Samy estaba a cargo del rubio o de sus abuelos.

— Mami ¿Por qué estás tan cansado? — Pregunto el pequeño acercándose para abrazarlo.

— Porque aún no me acostumbro al correcaminos que se hace llamar tu hermana. Un día de estos la dejaremos a cargo de tu padre y nosotros dos nos iremos algún lugar para estar solos — Le dijo acariciando su cabecita.

— Me parece perfecto — Le respondió el pequeño.

— Tengo serías dudas si en el hospital nos
cambiaron a la bebé y en vez de nuestra hija nos
dieron una liebre — Dijo Hyunjin apareciendo
con la niña sobre sus hombros y YoungSoo caminando a su lado.

— Eso lo saco de tu parte, porque yo soy flojo desde que nací — Le hecho la culpa sin dejar de darle mimos a Minki.

— Samy, mi dulce y loca Samy ¿Cuándo te cansarás? — Le preguntó pero la niña, que hablaba poco, solo se río en respuesta. Al menos está solo se reía y no pateaba.

— Llegué — Informó TaeYang entrando por la puerta principal. El chico había crecido bastante en esos dos años, tanto física como psicológicamente. Estaba tan alto como Hyunjin, pero seguía siendo un ángel para sus hermanos y para su bolita.

— Tu y yo debemos hablar — Le dijo Hyunjin
amenazante.

— ¿De qué? — Pregunto sentándose al lado de
Felix abrazándolo.

— No hablaremos frente a tus hermanos, así que
sube — Le pidió. El joven hizo caso, Felix no
sabía el porqué de la seriedad de Hyunjin. El
rubio dejó a la bebé en un pequeño corral del cual aún no sabía escapar, gracias a Dios — Soonie mira un rato a Samy, si pasa algo nos avisas.

El niño asintió. Para él era un encanto mantener
entretenida a la bebé.

Felix subió junto a Hyunjin a la habitación
de TaeYang la cual tenía todas las paredes llenas de dibujos.

𝙿𝚊𝚍𝚛𝚎𝚜 - 𝙷𝚢𝚞𝚗𝙻𝚒𝚡Onde histórias criam vida. Descubra agora