Capítulo 2

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Peligroso...

—¡Ladrón de Manzanilla! —vociferó la misma vocecita melodiosa de timbre azucarado, se escuchaba enojada, y Bible conocía demasiado bien ese sentimiento para no reconocerlo.

Sintió un puño impactarse en su estómago igual que si lo hubiese tecleado un canario enfurruñado, y miró hacia abajo. Su corazón se detuvo por un segundo, ante él estaba un chiquillo de carita furiosa, con el ceño fruncido y los labios comprimidos haciendo que sus mejillas rojas como manzanas se abultaron graciosamente. Tenía sus brazos delgados puestos a cada lado de su exigua cadera. El muchacho abrió los ojos incrédulos.

Si la belleza de Apo era pasmosa, ese niño era el cuadro de la divinidad en pleno, nunca había visto a alguien tan malditamente precioso en toda su vida, y había visto bastantes chicas lindas.

—¡¿Quién dejo entrar a este ladrón?! —interrogó el pequeño bajando las manos para convertirlas en puños, como un matón a sueldo—¡Sí no me entregas a Manzanilla ahora, vas a pagar las consecuencias de mi ira! —amenazó mostrándole sus redondos puñitos y sus dientes blancos al contraer los labios.

Y Bible hizo algo que en otro momento habría considerado como idiota... ¡muy idiota!

Levantó al peluche sobre su cabeza para que el niño no pudiera alcanzarlo, haciéndolo rabiar aún más mientras daba saltos para alcanzarlo y lo golpeaba de paso con lo que era aparentemente toda su fuerza. Se colgaba de sus ropas y gruñía como animalito salvaje.

De pronto el niño se detuvo, con los ojitos llameándole como pequeños demonios en sus pupilas, soltó al muchacho y regresó sobre sus pasos aparentemente con la intención de regresar por la puerta. Bible ladeó la cabeza, era la primera vez que veía a un niño rendirse tan fácilmente, bajó el mano lentamente incrédulo ante esa personita tan peculiar, cuando en un parpadeo vio las piernas girar sobre su eje y sus oídos se quejaron ante el agudo grito de guerra.

—¡Ahhhh!

Bible vio con los ojos saliéndose de sus órbitas y un jadeo atascado en su garganta como el niño saltaba hacia él para impactarse fuertemente en su pecho. Realmente no fue porque lo pensara, su cuerpo había reaccionado solo levantando una vez más el muñeco y pasando un brazo por esa espalda ligera aferrándolo a su cuerpo para que no cayera.

Detrás de él podía escuchar las carcajadas ladinas de Apo y los quejidos de Mile que le suplicaba que se callara. Cuando despertó de todo aquel sueño surrealista tenía al pequeño cargado en su cadera, mientras este se revolvía en su brazo por alcanzar a su preciado gato felpudo.

— ¡¿Y por qué habría de dártelo si me lo pides de ese modo?! —preguntó Bible bajando detrás de su espalda y encarando al chiquillo desconocido con un gesto que aparentaba ser severo.

—¡Porque es mío, y tú lo robaste! —despotricaba con terquedad, sin importarle la cercanía con ese muchacho Pelinegro del que en teoría tendría que estar huyendo justo en ese momento.

—Yo no lo robe, tú lo tiraste de allá arriba —contradijo comenzando a impacientarse. Ahora que lo pensaba bien, él debía ser el hijo del señor Puttha, se notaba un niño mimado, con ropa fina que consistía en una bermuda marrón y un polo rosado. Una combinación un poco extraña para su gusto —Y yo lo rescate, así que deberías darme las gracias por evitar que muriera por la caída—sabía que sonaba como todo un loco, y estaba seguro de que Apo desternillándose detrás de él estaba de acuerdo. Y aunque se sentía avergonzado podía ver en el mohín disgustado pero obviamente resignado de aquel pequeño que había funcionado. Sí, era el hijo del magnate dueño de Expressedworld, sólo así podía portarse tan condenadamente caprichoso

"My Little Sunshine..." Parte I  (Bible & Build)Where stories live. Discover now