Mientras Sam y Dean buscan a su padre, descubren que tienen una hermana...Su padre no solo los envía a resolver casos, sino que tambien les pone otra tarea en el plato, que es cuidar de su hermana pequeña cuya madre es diosa de lo sobrenatural.
𝐌𝐞...
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LAS LUCES PÁLIDAS Y FLUORESCENTES CAUSARON QUE LOS OJOS DE SYBIL se abrieran, volviendo lentamente a la conciencia. Su movimiento repentino hizo que Sam mirara en su dirección, lo que le hizo sonreír. Había estado preocupado por toda su familia, por lo que ver a alguien con vida fue reconfortante para él. Sybil luchó para sentarse y se dio cuenta de que llevaba un aparato ortopédico para el pecho.
— Hola Bibs — saludó Sam.
Ella frunció el ceño mientras se sentaba en una posición más cómoda — ¿Bibs? ¿Ese es tu nuevo apodo para mi?
Él se encogió de hombros — No lo sé. Dean te llama bizcochito, asi que quería tener algo propio.
— Me gusta — sonrió Sybil.
— Voy a decirles a tus medicos que estás despierta para que puedan controlarte — dijo Sam mientras se levantaba de su asiento.
— ¿Están bien Dean y papá? — cuestionó Sybil antes de que Sam tuviera la oportunidad de salir por completo de la habitación.
Le dirigió una sonrisa triste — Todavía no se han despertado, pero me aseguraré de que lo sepas una vez que lo haga.
Sybil solo asintió y se recostó en su cama. Mientras descansaba sus ojos, escuchó la voz de Dean gritando por los pasillos. Se sobresaltó, intentando salir de la cama antes de darse cuenta de que estaba conectada a las máquinas
— ¿Deanie?
En lugar de su hermano mayor, entró un médico — Hola, Sybil. ¿Cómo te sientes?
Dejo escapar un suspiro de decepción, pero no fue lo suficientemente fuerte para que el doctor lo escuchara.
Una tensa sonrisa se formó en sus labios cuando respondió — Estoy bien. Solo que, me duele un poco la cabeza.
— Eso es bueno — contestó — No estabas del lado del impacto, así que tus heridas no son tan graves como las de tu padre y tu hermano. Tienes un par de costillas rotas, asi que no juegues demasiado ahora.
Ella solo asintió y esbozó una sonrisa falsa cuando el médico terminó su chequeo y le dio la medicación que necesitaba. Durante todo eso, no pudo evitar sentir la presencia de su hermano mayor en todo el hospital.
Cuando el médico finalmente le dio permiso a la joven para que deambulara por los pasillos, la habitación de su padre fue el primer lugar que decidió visitar. Allí, se reunió con John y Sam, lo que hizo que los dos sonrieran. Ver a la niña caminar fue un gran alivio a pesar de la situación. La joven arrastró su IV a su lado mientras se acercaba a ellos.
