Capítulo 17 - Parte 2.

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Mateo había puesto música a todo volumen. Al parecer él si estaba de muy buen humor.

— ¿En serio aquí vamos a encontrar un restaurante? —preguntó Lara, asomándose por la ventanilla, al ver que Mateo aparcaba el auto.

La entendía perfectamente. Eso mismo pensé la primera vez. Quién pensaría que en estas calles perdidas y algo tenebrosas encontraríamos el mejor lugar de los suchis, ¿eh? Sin olvidar, que ha sido una de las noches más divertidas y dramáticas de mi vida.

Tú lo has dicho, Weasley.

— ¿Acaso me quieres secuestrar, Mateito? —le preguntó Joel, asomándose a lado mío mientras bajaba del auto.

— ¿En serio, alguien me pagaría por tu rescate? —lo miró de reojo.

— Me ofendes mucho. Pero para que lo sepas pagarían hasta euros. —dijo él, muy indignado.

— Sí claro. —le dio el avión.

Los chicos nos siguieron.

— ¿Y bien...? —preguntó Charlie, viendo que no había pinta de ningún local.

— Que impacientes son. —musitó, sin detenerse.

Cuando Mateo abrió la puerta los chicos abrieron los ojos como plato.

— Ulala... ¿Qué tenemos por aquí, eh? —murmuró Sebas, mientras observaba todo el lugar.

Los demás chicos también comenzaron hacer comentarios. La verdad, es que si se había lúcido con este lugar. Muy ochentero, pero con muy buena música y sobre todo comida.

Me había quedado un poco atrás, dejando pasar a los chicos. Mateo, se dio cuenta y regreso por mí.

— No te me pierdas, minion. —murmuró, con una sonrisa de lado.

¡Dios, que sonrisa!

Solo entrecerré un poco los ojos, intentando disimular.

— Este será mi lugar favorito para venir a relajarme —comentó Jojy.

Se pasó una mano sobre la nuca y dio un paso para ponerse a nuestro lado.

— ¿Si venden cervezas, verdad? —preguntó, sonando algo preocupado.

— Corrección, para venir a embriagarte. —bromeó Sebas.

— Como sea, da igual. —se encogió de hombros — A que vendrás conmigo. —le lanzó una sonrisa perversa.

Lara solo los seguía mirando algo resentida. Teníamos drama para un buen rato, eso ni qué dudarlo. En cuanto escogimos la mesa, un chico pelirrojo con delantal azul se acercó rápidamente a nosotros para tomar la orden. Ni siquiera había probado otra cosa. Pero estaba cien por ciento segura de que pediría sushi de nuevo.

Eso ni siquiera se discute.

— ¿Y que nos recomiendan? —preguntó Estef, viendo la carta.

— ¡Sushi! —repetimos los dos al mismo tiempo.

— ¿Ustedes ya habían venido a este lugar? —nos preguntó Charlie, formándosele una sonrisa pícara en la cara.

— Bueno, sí. Solo una ocasión. —respondí, algo torpe.

— Aja... —me miró sin creerme una sola palabra.

Esta vez, si estaba diciendo la verdad.

— Sushi para todos. —masculló Mateo.

El chico tomo la orden y se marchó.

TODO PARA NADA - PARTE 1 Y PARTE 2Where stories live. Discover now