CAPITULO 27

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Espero a las chicas quienes me van a acompañar a ver mi vestido de novia,  tengo ansias de saber cómo quedará en mi, lo mandé a hacer no es tan pomposo y el velo tampoco lo es, pero si tiene una larga cola que le da ese toque elegante.

Estoy meciendo a los gemelos por qué ya tienen sueño después de darles leche de mis pechos en sus mesederos que con tan solo oprimir un botón hace su función.
El sonido de notificacion personalizada de mi móvil suena y es Alice diciéndome que ya está al otro lado de la puerta, no toca el timbre pues estoy con los bebés aquí en la sala de estar intentando dormirlos, así que si toca el timbre como usualmente se hace puede echar a perder mi trabajo.

Abro la puerta, la peli roja y peli negra me saludan emocionas — ¡Hoy es el día!

— Shh, niñas

Alice bufa — Si es cierto, lo siento se nos olvida

— A veces no asimiló aún que eres madre - Murmura Verónica pasando la puerta — Bien, andando tienes que ir a ver los detalles de la decoración y el hermoso vestido.

Suspiro — Mi madre se encarga de la decoración, de hecho está hablando con los encargados justo ahora, pero si debo ir a asegurarme de que no ponga ninguna flor artificial en algún lado.

— Señorita Megan ¿Ya va de salida?

— Si Ana los bebés están dormidos, los puedes pasar a las cunas por favor. Gracias.

Asiente — Si señorita.

Salimos del penthouse rumbo a la casa de vestidos de novia, mientras conduzco veo por el retrovisor que Verónica hace caras y está algo pálida — Verónica ¿Estás bien?

Alice me mira y le da un vistazo — Oye si estás algo palida - frunce el seño y me mira.

— Si para por favor, tengo muchas náuseas

Hago lo que me dice y aparco a borde de carretera, mi amiga se baja rápidamente del auto y efectivamente vomita.

Verónica se sube al auto y nosotras después, solo se queda quieta con los ojos cerrados — Mierda.

— am, Verónica ¿Estás bien? Si quieres vamos al médico

— Estás loca Megan, es la prueba de tu vestido tenemos que ir

— Estás mal niña, mírate la cara y lo que acabas de hacer

— Alice, estoy bien no estoy enferma, solo estoy...

— ¿Estás? — Miro a Alice quien rueda sus ojos.

Ella se queda pensando mirando hacia afuera del auto — Estoy embarazada.

Alice y yo nos miramos con los ojos abiertos y guardamos silencio por un momento sin poder creerlo.

— ¡Ahh! — Gritamos.

Ella se pone a llorar y sonreír — Si, está mañana me hice la prueba, tengo dos semanas, Georg ya lo sabe.

Me pongo de rodillas en mi silla del auto y la abrazo — Te felicito amiga, va hacer la experiencia más linda de tu vida, pero créeme cuando te digo, preparate para lo que se viene — Ella me mira sin entender con cara de susto.

Alice me da un golpe leve en mi brazo
— Tonta la asustas, quítate — Se abrazan — No pero si es cierto, Megan tiene toda la razón.

Seca sus lagrimas — Lo se, estoy emocionada por todo.

Llegamos a la casa de novias y franklin el diseñador más teso en vestidos de novias me saluda con una gran sonrisa apenas me ve siempre, y hoy no será la excepción — ¡Cariño! Mi clienta más esperada por fin ha vuelto a probarse ese espectáculo de vestido.

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