dos corazones rotos...
sufriendo por igual por un amor no correspondido...
buscando el consuelo en la pernosa menos pensada...
nada nacera de eso... ¿verdad?
Los personajes e imágenes usados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus re...
-descuida, no es mucho trabajo hacer esto, tu sigue descansando
Aquella casa se habia vuelto el mundo entero para aquella pareja, su comodidad adentro de ella no tenía comparación, ni siquiera en sus respectivas habitaciones en las sedes de sus familias
Bell estaba leyendo el inventario de todo lo que habia almacenado y clasificado
Lefiya quiso ayudarle, pero bell se lo impidió
Este le dijo que no era necesario, que no le molestaba hacer ese trabajo, que mejor descansara, lo que nunca espero el chico es que el lugar donde lefiya decidió seguir esa petición sea en un propio regazo
Aunque no es que le importara de a mucho este hecho, después de todo lo que se han dicho, después de todo lo que han compartido, después de todo lo que han hecho juntos no era como si hubiera espacio aun para la vergüenza
Y el hecho que lefiya solo usara una camisa de bell nada más, dejando al descubierto sus bragas era prueba mas que suficiente
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Una pequeña risa salió de los labios de bell, imaginando como hubiera sido su propia reacción antes de todo esto, los primeros momentos de aquella "relación" fueron algo incomodos, desorganizados, y aun así funcionaban, y sin que ninguno de los dos se diera cuenta las sonrisas, las miradas, los besos y por supuesto ese "acto"
se hicieron tan normales entre ellos que estaría seguro que si su abuelo estuviera aun a su lado estaría orgulloso
Ante ese pensamiento solo sonrió, acariciando cariñosamente la espalda de lefiya, mientras que con la otra habia dejado la hoja al lado suyo y tomado una uva de un pequeño recipiente a su lado
-oye, yo también quiero- dijo lefiya acomodando su cabeza, haciendo que ella lo vea directamente a los ojos
-pensé que te habías quedado dormida- sonrió bell mientras se comía la uva delante de lefiya
-no soy una niña pequeña- un tierno sonrojo se hizo presente en sus mejillas -y menos después de todo lo que hemos hecho- sus mejillas hicieron un pequeño puchero -es por eso que asume la responsabilidad y pásame una uva también
La orden fue acatada, y el chico le dio de comer a la chica directamente con sus manos, ocasionando que sintiera sus suabes y húmedos labios
-no tienes que decirlo de ese modo, me haces sentir que hice algo malo jeje
-Hmph- refuto lefiya mientras terminada de comer, mientras que una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios - ¿Cómo puedes decir eso siendo que todos los días me robas varios besos?
-he hecho mucho mas que eso y no veo que te quejes- bell sonrió al ver como las mejillas de lefiya se ponían más rojas
-cállate y dame otra uva- cerro sus ojos, mientras abría ligeramente los labios esperando la comida en su boca