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El pelirosa se despertó al escuchar a los pajaritos cantar fuera de la habitación. Sonrió sin abrir sus ojos y llevó una de sus manos hacia el frente para abrazar a su novio, pero al sentir la cama vacía a su lado abrió sus ojos.

Frotó sus ojos un poco y luego miró por toda la habitación buscando al pelinegro, pero no había rastro de él por ningún lado.

Iba a tomar su teléfono de la mesita de noche pero vio un vaso con agua y una pastilla, al lado de eso había una nota del pelinegro, la tomó y la leyó.

Buenos días, mi amor.
Espero que hayas dormido muy bien.
No te alteres si no me encuentras a tu lado en la cama, estoy haciendo ejercicio, en un rato iré a verte. Tómate la pastilla que dejé, es para el dolor, supongo que estás un poco adolorido después de lo de anoche, me disculpo por eso.
Puedes quedarte en la cama el tiempo que quieras, descansa.
Te amo.

Jaemin soltó una risita y luego mordió su labio, tomó su teléfono y vio la hora, ya era casi las 11 de la mañana, decidió levantarse de la cama y con un poco de dificultad llegó al baño.

Estaba completamente desnudo y cuando se miró en el espejo vio su cuerpo lleno de chupetones y mordidas, soltó una risita al recordar todo lo que habían hecho la noche anterior, había sido increíble, el dolor que sentía en su espalda baja no importaba mucho, porque sin duda lo volvería a hacer mil veces más.

Se lavó los dientes mientras pensaba en el pelinegro, quería ir a verlo, pero no sabía si ducharse antes de ir o hacerlo después. Cuando terminó de lavarse los dientes y la cara volvió a la habitación, luego fue al clóset de su novio y se puso una camisa de él sin nada debajo, igual debía ducharse luego.

Se acercó a la mesita de noche y tomó la pastilla, para luego llevarla a su boca y tragársela con un poco de agua, dejó el vaso en la mesita y decidió ir en busca del mayor.

Subió al ascensor y fue al cuarto piso, buscó la puerta de gimnasio y entró en silencio, el mayor estaba de espaldas mientras levantaba una pesa con una de sus manos. Jaemin se quedó mirándolo desde la puerta por unos minutos en los que Jeno no se dio cuenta de que estaba ahí.

El pelirosa se acercó lentamente y lo abrazó por la espalda haciendo que Jeno se detuviera y lo mirara por encima de su hombro, dejó las pesas a un lado y se dio la vuelta para abrazar al menor.

—Buenos días, mi amor ¿Cómo dormiste?— preguntó mientras acariciaba la cintura delgada.

—Buenos días, cariño, dormí bien ¿Y tú?

—Dormí muy bien contigo a mi lado ¿Cómo estás? ¿Te duele mucho?

El menor sintió sus mejillas arder y escondió su rostro en el cuello de pelinegro— Duele un poco, pero es soportable.

—¿Por qué no te quedaste en la cama?

—Quería venir a verte.

—¿Venías a darme el besito de buenos días?

Jaemin soltó una risita y se separó de su cuello para luego darle un beso corto en los labios— Si y como ya hice eso entonces iré a la habitación.

Se iba a alejar pero Jeno lo apretó más contra su cuerpo, llevó sus manos un poco más abajo y apretó las nalgas del menor.

—Esperame en la cama, ahorita te daré un masajito ¿Que quieres desayunar?

—Mmm bueno y de desayuno no quiero nada, no tengo hambre.

—Está bien, espérame en la habitación, en unos minutos voy.

Jaemin asintió y le dio un beso en los labios para luego alejarse de él y salir del gimnasio.

Bajó al tercer piso y entró a la habitación de mayor, acostandose en la cama para luego tomar su teléfono.
Encendió su celular y encontró varias notificaciones, habían mensajes de Haechan y de Johnny. Los mensajes de su amigo solo era deseándole suerte, así que le respondió que cuando se vieran le iba a contar todo con detalles, luego fue al chat con Johnny y leyó los mensajes.

Stripper - NominOù les histoires vivent. Découvrez maintenant