Temporada 2

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Bakugou tiene la mirada perdida sobre aquellos que están dándole sepultura a su amada mascota a través de los grandes ventanales de una habitación que creyó un día no volver a poner un pie allí dentro.

No tiene fuerzas para bajar y ayudarles.

Ni para despedirse de Dynamight.

Ni siquiera desea respirar lo que no le resultaría difícil dejar de hacerlo cuando con cada bocanada nota el gélido aliento de la muerte estrujarle los pulmones.

Hacia unas horas todo iba bien y ahora lo había vuelto a perder todo.

Una nueva vida.

Un nuevo trabajo.

Una nueva libertad.

Ha vuelto al punto de inicio.

Le pesan los ojos pero no quiere cerrarlos. Si lo hace el rostro sorprendido de aquel al que asesinó le perseguirá en la oscuridad de sus sueños despertándole sobresaltado. Ha matado a un hombre. Le ha arrebatado la vida a una persona. Ya fuese en defensa propia da lo mismo.

-Lo he...matado...

Mira sus manos temblorosas. Cojeando, corre hacia el baño para lavárselas. Frota y frota eliminando las manchas de sangre que aún sigue viendo a pesar de tenerlas impecables.

-Bakugou, tienes que acompañarme.

Ignora a Kirishima quien se está viendo a sí mismo años atrás cuando tuvo que disparar por primera vez. Esa agonía por no dejar ni una gota de rastro. Esa angustia por no pensar. Ese ahogo por buscar aire puro y limpio que ya nunca encontraría.

-¡Bakugou! Te harás daño.

Le detiene pero el chico sigue sin reaccionar.

Sigue viéndose las manos manchadas de sangre y un rostro reflejado en el espejo que ya no reconoce como el suyo.

****
-Para haber sido yo quien ha recibido una lluvia de balas por aquí y por allá tengo mejor aspecto que vosotros, chicos.

Bakugou observa a Midoriya en shock. Habiendo recibido tantos disparos y estar tan impecable como siempre... Se muerde el labio inferior ignorando la batalla de sentimientos que arañan las paredes interiores de su cuerpo.

Alivio. Odio. Rabia. Decepción.

-Mi mejor francotirador ciego de un ojo, mi viuda rosa con el hombro dislocado, mi genial estratega con tres dedos de la mano menos, una oreja arrancada..., y el líder de equipo y mi guardaespaldas personal con un tiro en el estómago... Increíble chicos, creo que es la primera vez que os dan tremenda paliza.

-¡Señor! – Kaminari es el primero en hablar – Aunque haya perdido un ojo mi puntería sigue intacta por tanto-

-No me siento tranquilo teniéndote en la lejanía. Podrías matar a uno de tus compañeros.

-Pero-

Midoriya levanta la mano para hacerle callar.

-No me gusta tener que decir esto pero vais a retiraros, todos, por un tiempo.- quieren protestar, hacerle entender que están bien a pesar de las heridas – Hemos perdido la batalla, pero no la guerra. Os necesito en perfectas condiciones, os necesito con vuestras cualidades mejor pulidas que nunca. Algo falló anoche y podía haberos costado la vida. Aunque ya hemos tenido bastantes bajas... - se enciende un cigarrillo cuando Kirishima le lanza una pequeña caja a los pies de la cama.

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