TEMPORADA 3

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-Explícame de nuevo por qué tengo que escalar por aquí.

-Porque es parte de nuestro viaje.

-¿Un viaje hacia la nada? – pregunta mirando a su alrededor.

Aquellas inhóspitas montañas ponen intranquilo a Bakugou a pesar de estar más que acostumbrado a escuchar el sonido de la gravilla a su paso, a distinguir las voces de los animales, a orientarse siguiendo las estrellas... pero esa pared que se levanta frente a él poderosa, asfixiante, no le inspira confianza.

-Te espero arriba, Kacchan.

Dándole un palmadita en el trasero, Midoriya comienza a ascender a veces como un felino, otras veces como una cabra montesa. Cada uno de sus movimientos es más certero y preciso que el anterior. Bakugou traga saliva. Le está dejando impresionado.

-¿Subes o te llevo sobre mi espalda? – se burla metros por encima de su cabeza – Quien llegue el primero obtendrá como premio ser obedecido en todo lo que pida el otro. ¿No te gustaría convertirme en tu sumiso, señor Bakugou?

Al mirar abajo, Midoriya no lo ve por ninguna parte y es que en ese mismo momento nota su silueta sobrepasarle y agarrarse a un saliente con una sola mano dejando el resto de todo su cuerpo balanceándose sobre el vacío.

-Decidimos no usar nuestros apellidos, Deku.- sonríe con sorna - Te espero arriba, sumiso.

Asciende tomando cierta ventaja siendo detenido al ser agarrado del tobillo. En pocos segundos tiene a Midoriya justo pegado a su espalda frotándose con ese trasero que le encantó ser el primero en perforar.

-¿No te gustaría ser clavado en esta pared rocosa, Kacchan? – Bakugou nota la rugosidad de la roca arañarle la cara y algo mucho más pronunciado y abultado acariciarle por detrás animándole a su vez a lo que tiene entre las piernas – Sería una experiencia única. Follar en estas empinadas rocas sin más sujeción que nuestras manos y nuestros pies. ¿Lo probamos?

-Tentador pero no quiero morir joven.

Exhala detrás suya un suspiro decepcionado.

-Lástima, me tendré que conformar con clavarte en otro lugar de nuestro bonito viaje como amantes.- al decir la palabra amantes las orejas de Bakugou han enrojecido – Estoy tentando a dejarte ganar para ver qué maldades eróticas me pedirás hacerte – le mordisquea la oreja arrancado gemidos contrarios – Aunque te diré que no opondré resistencia a todas tus peticiones.

Ahora el gemido sale de la garganta de Midoriya al notar los dedos clavados de Bakugou en sus pronunciadas nalgas.

-Me copio de tus palabras.

Sin más, le empuja para salir de la prisión y escala notando a la bestia seguir sus pasos.

****
-Bienvenido al paraíso, Kacchan.

Bakugou no tiene palabras.

Después de la escalada, un buen rato de senderismo, y barranquismo de nuevo sin protección alguna nunca hubiera jurado que el final del viaje sería aquello. Una preciosa cala oculta entre montañas, de arena blanca y ligera, con el sol creando un contraste de luces y sombras tiñiendo el agua de distintos y bellos colores.

-¿Dónde estamos?

-En el paraíso.

-¿Y nadie conoce este sitio?

Midoriya niega con la cabeza.

-¿Cómo lo has encontrado?

-De pequeño me secuestraban muchas veces, y en uno de esos secuestros me escapé llegando a este lugar. Por supuesto, no dejé a nadie con vida para que lo descubrieran, y cuando me encontraron estaba lo suficientemente lejos de aquí.

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