𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐄𝐘𝐄𝐒 ┇「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」

Hacemos Una Hermosa Pareja

Tzuyu dejó de leer cuando llegó a "Sesenta y siete días antes". Los capítulos nombrados como una cuenta regresiva que Sana no sabía para qué. Imaginaba que podía ser para un beso o tal vez para el día que Miles dormiría con Alaska. Ella esperaría para descubrirlo.

—¿Es normal enamorarse de un personaje? –Preguntó Sana, mientras Tzuyu cerraba el libro y se levantaba.

Tzuyu rio.

—¿Nunca te has enamorado de un personaje antes?

—No. No sé. Mi mamá me leía cuando era niña, pero nunca me enamoré de un príncipe o de los enanos de Blanca Nieves —Respondió Sana encogiéndose de hombros. Tzuyu carcajeó. El sonido tan audible haciendo eco en la habitación.

—¿Entonces te estás enamorando de Miles? –Preguntó Tzuyu, poniendo sus cosas en la mochila.

—No. Él se parece mucho a mí, creo. Sería pretensioso enamorarme de él. Sería como amarme a mí misma —respondió Sana, Tzuyu pensó sobre lo que la menor acababa de decir, después regresó a los recuerdos del libro leído ya varias veces.

Un suspiro huyó entre sus labios.

—No te enamores de Alaska –Dijo como si le estuviera advirtiendo.

Sana frunció el ceño, pero después su rostro se suavizó y sus cejas subieron en cuestionamiento.

No sabía si Tzuyu la estaba mirando, pero si lo estuviera, sabría sin palabras, que Sana estaba preguntando el porqué.

—No hagas esa cara. Solamente sigue mi consejo y no te enamores de ella –Tzuyu se encogió de hombros y se levantó— Enamórate de Miles, del Coronel. Cualquiera, menos de ella.

—Hmm...¿Por qué? –Sana hizo un gesto de burla— ¿Estás celosa, Tzuyu?

El rostro de la menor se transformó en un gesto de reprobación. Ella no quería contarle a Sana el por qué, pero no eran celos lo que cintilaba en su cuerpo.

—Sí, Sanashine –Dijo poniéndose la mochila— Estoy muriendo de celos –Mintió— No me gusta imaginar a una chica sexy de ojos verdes en tu vida –Eso era verdad.

Sana sonrió. El ego inflándose.

—Señorita Tzuyu— Dijo levantándose, pues sabía que ella estaba alistándose para irse— Usted es completamente prepotente.

Una sonrisa surgió en los labios de Tzuyu.

—Vámonos ya Sana. O no tendré tiempo con mi papá y luego no podré salir para ver el eclipse —Dijo, susurrando la última parte.

Sana la acompañó hasta el portón. Tzuyu le contó algunos chistes antes de irse. Le dijo que la llamaría apenas llegara, no quería que Sana se quedara sola en la calle esperándola. No a esa hora.